
Opinión
El analista político Carlos Campolongo analizó el estado actual del sistema político argentino. Denunció la falta de ideas, la ausencia de convicciones, el oportunismo generalizado y una dirigencia desconectada de la ciudadanía. Además, criticó duramente los cierres de listas, las candidaturas testimoniales y la lógica del espectáculo político.
“Lo que estamos viendo es un panorama lamentable. Antes, por lo menos, había ciertos códigos de comportamiento. Hoy todo se ha convertido en un circo: no hay ideología, no hay encuadramiento, no hay pensamiento político. Es todo superficialidad”, inició Carlos Campolongo.
El analista advirtió que la política se ha transformado en un sistema acelerado de movilidad social para dirigentes sin formación ni convicciones. “Dominantemente, la política se comporta como un régimen de ascenso social. Se perdió el compromiso con la cosa pública. Todo es táctica, especulación y búsqueda de privilegios personales”, señaló.
Consultado sobre los cierres de listas recientes, Campolongo fue categórico: “No hay excusas. No hubo internas porque no hay ideas. El cierre de listas fue un galimatías. Se busca preservar el metro cuadrado de poder, no representar a nadie”. Y agregó: “La política argentina se ha vuelto infantil. No hay debates reales ni propuestas concretas para los problemas estructurales del país”.
En ese marco, también criticó las candidaturas testimoniales, a las que definió como “un fraude”. “Eso es engañar a la gente. Es una trampa, una manipulación perversa. Lo hicieron antes del kirchnerismo y lo repiten ahora. Es la sociedad del espectáculo berreta”, denunció.
Sobre el fenómeno del ausentismo electoral, Campolongo advirtió que se trata de una señal alarmante de desconexión entre la dirigencia y la sociedad. “No me extrañaría que en Buenos Aires la participación baje del 50 por ciento. Eso favorece al statu quo. La gente se aleja porque no se siente representada. Hay desinterés, desafección, y eso es peligrosísimo para la democracia”, alertó.
En un momento de la charla, hizo foco en el debilitamiento del pensamiento ideológico: “Hoy la derecha no sabe qué hacer, la izquierda tampoco. El libertarismo, por ejemplo, pasa de un moralismo anarquista a un economicismo vacío. Y muchos de sus voceros ni siquiera conocen lo que citan. Hay mucha improvisación en todos los espacios”.
También se refirió al impacto de los medios, la tecnología y las redes sociales: “La inflación de la palabra es más grave que la económica. Circulan fake news y operaciones disfrazadas de periodismo. Se perdió la pedagogía democrática. Nosotros, los periodistas, deberíamos hacer un esfuerzo triple, pero hay mucho chanterío”.
Finalmente, Campolongo reflexionó con pesimismo sobre el rol de la política: “Cuando yo me comprometí públicamente, tenía otra idea de lo que era hacer política. Hoy muchas veces me da asco lo que veo. La política se ha vaciado de contenido. Y mientras tanto, la sociedad sigue esperando respuestas que no llegan”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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