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Diana Márquez, directora de la organización Víctimas por la Paz y presidenta de la Sociedad Argentina de Justicia Restaurativa, conversó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre la creciente violencia en la sociedad y la propuesta de su agrupación para abordarla desde una mirada reparadora y comunitaria.
“Somos una asociación que ha sufrido delitos graves, gravísimos, y hemos descubierto que como víctimas necesitamos muchas más cosas que las que solamente puede ofrecer la justicia”, explicó Diana Márquez. En su intervención, destacó la importancia de dar voz a quienes han atravesado situaciones traumáticas pero deciden no alimentar el espiral de odio y venganza.
Durante la entrevista, cuestionó el enfoque mediático y punitivista que se aplica a las víctimas: “Nos ponen un micrófono en los peores momentos, cuando estamos en carne viva. Y así es difícil pensar con claridad qué justicia se necesita”. En contraposición, Víctimas por la Paz busca ofrecer otra perspectiva: “Queremos ser parte activa de una sociedad sana. Si nos quedamos con el odio, también seríamos parte enferma”.
La propuesta de la agrupación se basa en la justicia restaurativa, una metodología que promueve el diálogo, la reparación del daño y la construcción de vínculos comunitarios. Un ejemplo concreto de esa filosofía es el caso de Sergio Núñez, quien transformó una tragedia personal –una brutal golpiza a su hijo– en un proyecto colectivo: creó una bicicletería social en Tandil junto a los mismos jóvenes que participaron del hecho. “Sergio dice que hizo justicia por mano propia, pero no para vengarse, sino para darles otra oportunidad”, relató Márquez.
En este sentido, la dirigente se diferenció del enfoque de seguridad tradicional: “Lo contrario a la inseguridad no es más seguridad, más patrulleros ni más cárceles. Es la convivencia. Y construir convivencia es difícil, porque implica relacionarse con un otro distinto, desigual”. Según explicó, esa convivencia se construye en los barrios, con presencia, con escucha y con inclusión.
Márquez criticó duramente el modelo punitivista dominante, al que calificó como “un círculo vicioso del que hay que salir”: “Nunca hubo tanta gente encarcelada como ahora y la violencia no baja. Está demostrado que más cárcel no soluciona nada”.
Desde Víctimas por la Paz, desarrollan actividades en contextos de encierro, como en el complejo penitenciario de Batán y en la Cooperativa Liberté, donde, según datos compartidos, la tasa de reincidencia entre quienes participan de sus programas es cero. “Ir a las cárceles siendo víctimas es un acto profundamente transformador. No es revanchismo, es apostar a otra forma de hacer justicia”, explicó.
Entre los integrantes de la agrupación se encuentran personas como María Dávalos, quien sufrió el asesinato de su padre a los 12 años, y hoy realiza tareas voluntarias en cárceles. O Pablo “Colo” Pérez, quien también perdió a su padre en un hecho violento, y lidera iniciativas solidarias desde La Plata Solidaria. “Transformar las emociones negativas en positivas es nuestra manera de sanar y de ofrecer algo distinto a la sociedad”, sostuvo la referente.
Finalmente, Diana Márquez concluyó: “Ser víctima no te da superioridad moral. Solo te pone en un lugar de dolor. Pero creemos que desde ese lugar se puede construir algo más: puentes, humanidad, convivencia. Eso es lo que tratamos de hacer todos los días”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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