Tras la autodenuncia de Lilia Lemoine, Lourdes Arrieta respondió con pruebas y pidió pericia psiquiátrica

En un episodio más propio de un guion de comedia que de la política institucional, la diputada nacional de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, quedó envuelta en un escándalo judicial de proporciones inéditas. No conforme con denunciar a sus colegas Lourdes Arrieta (Transformación) y Marcela Pagano (LLA) por presuntos delitos de extorsión y violación de deberes de funcionaria pública, Lemoine se autodenunció penalmente por el mismo delito, en un acto de autoincriminación sin precedentes.

La denuncia quedó radicada en el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nro. 9, a cargo del juez Sebastián Ramos, y estalló tras las declaraciones de Arrieta en el programa Cuarteles de Invierno, donde sostuvo que Lemoine poseería material íntimo del presidente Javier Milei, incluyendo videos, fotos y hasta un supuesto banco de esperma, con los que lo tendría condicionado políticamente.

Frente al insólito planteo judicial, Arrieta no se quedó callada. Se presentó formalmente en la causa, designó abogado defensor y pidió el inmediato archivo del expediente, al considerar que no existe delito alguno y que la denuncia es “una forma de censura y disciplinamiento político”.

En su extenso escrito —al que tuvo acceso este medio— Arrieta subrayó que sus afirmaciones se limitaron a reproducir declaraciones previas y públicas de la propia Lemoine, quien en múltiples entrevistas afirmó haber congelado óvulos, deseado tener hijos con Milei y haber sido su amante. Citó medios como Perfil, A24, El Destape y hasta publicaciones de Instagram de la propia diputada oficialista.

“No puede pretenderse criminalizar una manifestación fundada en hechos públicos y provocados por la misma persona que luego promueve la denuncia”, escribió Arrieta. Además, recordó que sus expresiones están amparadas por el artículo 68 de la constitución nacional, que impide que los legisladores sean perseguidos judicialmente por sus opiniones.

Pero eso no fue todo: Arrieta ofreció una batería de pruebas entre las que incluyó el pedido de declaración testimonial del propio presidente Milei y de su hermana Karina. También, a través de su abogado Yamil Castro Bianchi, solicitó el allanamiento del domicilio y del despacho de Lemoine, con secuestro de dispositivos electrónicos, y la realización de pericias informáticas, clínicas y psicológicas.

El abogado Yamil Castro Bianchi.

Entre las solicitudes más explosivas, figura un pedido formal de pericia psiquiátrica y psicológica sobre la denunciante. Según Arrieta, el accionar de Lemoine “genera serias dudas” sobre su capacidad para comprender sus actos, y podría encuadrarse dentro de cuadros de tipo delirante, narcisista o impulsivo.

En paralelo, también pidió una evaluación psiquiátrica del presidente Milei para determinar si las conductas de Lemoine han afectado su estabilidad emocional o su capacidad de tomar decisiones institucionales.

La presentación judicial revela no solo una interna feroz dentro del universo libertario, sino una preocupante utilización del aparato judicial como herramienta de presión política, con ribetes cada vez más irracionales.

El espectáculo ofrecido por Lemoine, autodenunciándose y acusando a otras legisladoras por hechos que ella misma ventiló públicamente, expone la fragilidad emocional e institucional que atraviesa a parte del oficialismo. Mientras Milei lidia con el desgaste de su gestión, en el Congreso de la Nación Argentina sus diputadas parecen disputarse no leyes ni proyectos, sino delirios personales convertidos en causas penales. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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