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Roberto Pianelli, secretario General de Metrodelegados, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) en el marco de una nueva jornada de paro total del subte y el premetro en reclamo por la exposición de los trabajadores al asbesto, un mineral prohibido en el país por su carácter cancerígeno.
Desde la terminal San Pedrito, de la línea A, Roberto Pianelli explicó que la medida apunta a visibilizar un problema de salud laboral que ya se cobró vidas: “Estamos viviendo una contaminación con asbesto que ya se llevó la vida de cinco trabajadores”.
El dirigente sindical detalló que desde hace seis años se realizan controles médicos periódicos a 2.700 operarios potencialmente expuestos al mineral: “Ya hay 120 trabajadores que han desarrollado enfermedades, tres tienen cáncer y cinco fallecieron”. Además, recordó que “el asbesto tiene un período largo de latencia, por eso los controles van a continuar de por vida”.
Según Pianelli, la presencia del asbesto se descubrió por una advertencia desde Madrid, tras la compra de trenes contaminados por parte del gobierno porteño. A raíz de esa alarma, “nos enteramos de que había asbesto en casi todas las formaciones, en instalaciones fijas, subestaciones, talleres, centros de potencia, bombas de agua, máquinas y herramientas”, reveló.
A partir de ese momento comenzó un proceso de desasbestización: “Ya retiramos 300 toneladas y quedan aproximadamente 300 más por sacar”, sostuvo. No obstante, el sindicalista alertó que aún no se ha reemplazado la flota contaminada de la línea B ni se ha intervenido en todos los espacios donde todavía hay restos del mineral.
Pianelli aclaró que mientras tanto, se toman todas las precauciones necesarias: “En los lugares donde hay asbesto, nuestros compañeros no trabajan. Si una pieza lo contiene, no se toca”. Y agregó: “El asbesto instalado es peligroso, pero lo es mucho más cuando se lo rompe o mecaniza, que era parte de nuestro trabajo cotidiano sin que nadie nos lo advirtiera”.
El asbesto está prohibido en Argentina desde el año 2000, siguiendo recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el sindicalista cuestionó la demora en su erradicación: “Ya se sabía hace décadas que era cancerígeno, pero como era un negocio, los que lo vendían no querían prohibirlo”.
Sobre la reacción de los usuarios del subte ante el paro, Pianelli destacó el acompañamiento social: “Al contrario de lo que muestran algunos medios, la gente te da ánimo. Hacemos protestas fuera del horario pico para afectar lo menos posible”.
Por último, se refirió al poder adquisitivo de los trabajadores del subte: “Nuestro salario porcentualmente se mantuvo, pero perdimos poder adquisitivo por el aumento del transporte, el gas, el cable y el internet”, comparando su situación con la más crítica del sector de colectivos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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