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Bárbara Salernou, referente de Social 21 La Tendencia, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre la delicada situación del Astillero Río Santiago y el abandono por parte del gobierno bonaerense de los contratos internacionales que alguna vez prometieron un resurgimiento industrial.
Bárbara Salernou, militante activa dentro del Consejo de Fábrica del Astillero Río Santiago, se mostró preocupada por “la intención que manifestó el gobernador Axel Kicillof en varios medios sobre la búsqueda de un comprador extranjero para los buques petroleros Eva Perón y Juana Azurduy”, que fueron encargados por Petróleos de Venezuela (PDVSA) la petrolera estatal venezolana, hace casi veinte años.
“La parálisis de esas obras no tiene nada que ver con la técnica, sino con la política”, advirtió. Según explicó, Venezuela pagó por adelantado los buques, algo inédito en la historia del astillero, pero en 2009 “Daniel Scioli desvió la guita del buque Eva Perón, que fueron 23 millones de dólares para financiar la obra del estadio Único Diego Armando Maradona”.
Si bien Salernou reconoció que “el gobernador tiene la facultad de disponer los fondos para las obras que le plaza, lo que no puede hacer es no devolverlo a la fábrica”, denunció que desde entonces “nadie más devolvió ese dinero, ni María Eugenia Vidal ni Kicillof”.
Además, apuntó contra la hipocresía del actual gobernador: “En 2020, Kicillof le pagó 200 millones de dólares al fondo Fidelity, pero no pudo devolverle 23 millones al astillero. Eso muestra que se prioriza la timba financiera por sobre la economía real y la creación de trabajo”.
La referente de Social 21 La Tendencia también habló de la inutilización forzada del astillero: “Hoy hay casi 3 mil hombres sin hacer nada en una fábrica gigante, donde los sopletes se usan para calentar la pava”, ironizó. Y denunció: “Hay gente con problemas hasta psiquiátricos por no tener tareas en una estructura pensada para fabricar buques de gran porte”.
Asimismo, se refirió al vaciamiento encubierto del proyecto industrial: “Lo que quieren hacer es cambiarle la razón social al astillero y transformarlo en un taller de reparaciones metalmecánicas. Quieren que fabrique puentes, juegos de plaza, cosas que no tienen nada que ver con el objeto para el cual nació”.
En clave geopolítica, Salernou recordó que “el Astillero Río Santiago fue concebido por Juan Domingo Perón como una herramienta estratégica para independizar al país de las flotas extranjeras”, y que fue responsable de construir buques claves como el Santísima Trinidad y el Cabo San Antonio, utilizados en la recuperación de las Malvinas.
“Es inconcebible para un proyecto colonial como el que Estados Unidos tiene pensado para Argentina que exista una fábrica de barcos nacional”, afirmó. Y agregó: “Desde 1982, el astillero está vetado para fabricar buques de guerra y bienes de capital para navegación de ultramar. El control del Atlántico Sur está en manos de la OTAN desde Malvinas”.
Finalmente, llamó a la acción militante: “Tenemos fundamentos más que suficientes para plantear una política de navegación. La industria naval debería ser una fiesta hoy, porque el 63 por ciento del territorio argentino es mar. Sin embargo, “los gobernantes no asumen el conflicto geopolítico argentino ni enfrentan la subordinación imperialista”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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