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Una situación insostenible: violencia de género, acoso laboral, discriminación y abuso de poder por parte del director regional de Dolores, Víctor Casanovas.
Tres empleadas del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) decidieron contar públicamente lo que denuncian como una situación insostenible: violencia de género, acoso laboral, discriminación y abuso de poder por parte del director regional de Dolores, Víctor Casanovas.
Las denunciantes —Araceli Ramírez (Conesa), Viviana Moyano (Dolores) y Johana Ramírez (Lavalle)— relataron que, desde la llegada de Casanovas en febrero de 2024 a la región XIV del IOMA, el maltrato psicológico se volvió una constante, especialmente contra las mujeres. Las acusaciones ya llegaron a la Justicia Contenciosa Administrativa y apuntan también a violencia institucional.
Con más de dos décadas de servicio, Moyano asegura que nunca había atravesado un clima laboral tan hostil. Según su relato, Casanovas usaba su clave del sistema sin autorización, hacía comentarios inapropiados sobre su apariencia, la tocaba sin consentimiento y enviaba mensajes fuera de horario. Tras denunciar, fue aislada y finalmente degradada de la categoría 21 a la 14, con una pérdida salarial de $700.000 mensuales. “Me arruinó la vida… terminé enferma, con medicación para dormir, y hasta intentaron comprar nuestro silencio”, denunció.
Trabajadora de la delegación de Tordillo, Ramírez acusó a Casanovas de amedrentarla por sus publicaciones en redes sociales. Asegura que fue desplazada de su cargo sin aviso previo y reemplazada por Manuel Castellá. Tras ser reincorporada, recibió interrogatorios y presiones para que dejara de expresarse políticamente. El estrés derivó en problemas de salud y en la necesidad de una licencia por violencia de género.
En Lavalle, Ramírez sostuvo que Casanovas incorporó militantes de La Cámpora sin experiencia, quienes buscaban sus claves del sistema y usaban recursos de la caja chica para fines políticos. Tras participar en un paro, la aislaron, revisaron su oficina y la hostigaron hasta provocarle un ataque de nervios. “La Cámpora en IOMA es una mafia y Giles es el líder”, afirmó, en referencia al titular del instituto, Homero Giles.
Las tres trabajadoras coinciden en que la conducción actual del IOMA prioriza intereses políticos sobre el servicio a los afiliados y denuncian que las autoridades intentan acelerar juntas médicas para darles el alta y así justificar despidos.
“No queremos callar más. Queremos justicia y que estas prácticas no se repitan en ninguna sede del IOMA”, concluyeron. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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