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La secretaria General de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Paula Amor -ex secretaria privada de Amado Boudou y en el cargo desde febrero- utilizó el auditorio del organismo para celebrar sus seis meses de gestión, en medio de recortes, críticas internas y denuncias por nombramientos de allegados y familiares.
En un organismo atravesado por los recortes, con jubilados cobrando haberes mínimos que apenas superan la línea de indigencia, la cúpula de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) destinó tiempo y recursos a un festejo interno que dejó a más de un empleado con la boca abierta. La secretaria General del organismo, Paula Amor, organizó en el auditorio Alfredo Pochat de la sede de avenida Córdoba un acto para conmemorar sus seis meses en el cargo: algo que tiene total sentido si se considera la fragilidad de los nombramientos en el gobierno de Javier Milei.
Hubo invitados especiales, directores presentes y un tono festivo inusual para los tiempos que corren. Según supo este medio, aunque la iniciativa fue idea de Amor, Fernando Bearzi no dudó en acompañar la celebración.
El dato no es menor: Amor lleva más de 25 años ligada a ANSES. Ingresó en el año 2000 como abogada de la gerencia de Contrataciones y, desde entonces, sobrevivió a todos los gobiernos y cambios de color político. Su ascenso fue sostenido: pasó por la coordinación Integral de Entidades de la dirección de Asuntos Legales del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), la dirección de Redes con la Comunidad y distintos puestos de asesoría estratégica.
Su vínculo con el kirchnerismo quedó sellado en tiempos de Amado Boudou, bajo cuya gestión supo oficiar como secretaria privada logrando crecer en influencia. Con la llegada de Javier Milei, en abril de 2024, asumió la dirección General de Gestión Estratégica y Asuntos Societarios del FGS, y en febrero de 2025 alcanzó el segundo puesto más importante del organismo: la secretaría General.
Puertas adentro, su figura genera comentarios no solo por la longevidad en el cargo, sino también por el papel que se le adjudica a su hermana, Cecilia Amor. Según versiones que circulan en la sede central, Cecilia habría intentado ser nombrada formalmente en un cargo, pero ante la negativa oficial, se mantiene como operadora informal de peso, moviendo piezas en la sombra y articulando decisiones clave. La trama se completa con otro escándalo: al asumir, las hermanas Amor desplazaron a gran parte del personal para colocar a directores afines, varios de ellos con lazos políticos con el kirchnerismo y familiares en común.
Una reestructuración que se anuncia para los próximos meses encendió las alarmas entre el personal de carrera. Oficialmente, se habla de “optimización de recursos”, pero entre los trabajadores la lectura es otra: una nueva oportunidad para que Amor amplíe el círculo de leales y coloque nuevos cargos para allegados y militantes del mismo espacio político. En este escenario, el acto para celebrar seis meses de gestión fue interpretado como una postal de autocelebración, un gesto que contrasta con la austeridad que se exige hacia afuera y con el discurso de “eficiencia” que el gobierno busca sostener.
El salón Alfredo Pochat, epicentro del evento, no suele abrirse para conmemoraciones personales de este tipo. La imagen de Bearzi y Amor sentados y secundados por un puñado de directores, simbolizó para algunos la consolidación de un tándem que maneja la ANSES con mano férrea y lógica de compartimentos cerrados.
El festejo, por último, dejó una pregunta flotando entre pasillos y escritorios: si esta es la nueva forma de gestión que prometía cortar con la “casta”, ¿en qué se diferencia de la anterior?. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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