
Judiciales
Andrea Guacci, integrante del Frente de Mujeres Argentinas contra las Falsas Denuncias, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre la problemática de las acusaciones infundadas en casos de género y su impacto en la vida de los denunciados.
"El Frente de Mujeres Argentinas nació por una coalición de mujeres que nos unimos en función de ser víctimas detrás de una víctima. El porcentaje más importante de falsas denuncias es contra los hombres, pero cada vez hay más mujeres que están siendo afectadas y se dan principalmente en el marco de separaciones conflictivas", explicó.
La referente advirtió sobre la forma en que actúa el sistema judicial en este tipo de casos: "Hoy en día, sin pruebas ni testigos y exclusivamente por un relato se están condenando a personas. En este delito se invierte la carga de la prueba: vos tenés que demostrar que el hecho no existió, lo cual es prácticamente imposible".
En este sentido, ejemplificó con situaciones extremas: "Ya de entrada la persona denunciada está condenada porque al denunciante lo llaman víctima. Entonces, si hay una víctima, del otro lado hay un culpable. Pasan meses con la culpabilidad encima y después los procesos judiciales pueden tardar hasta siete años, mientras esa persona sufre un escrache social y pierde su vida laboral y familiar".
Andrea Guacci remarcó además la dureza de las consecuencias dentro del sistema penitenciario: "Hoy más del 50 por ciento de las unidades carcelarias tienen privados de su libertad por delitos de género, y muchos de ellos son por denuncias falsas. Hay personas que jamás cometieron un delito y terminan conviviendo con criminales peligrosos, lo que en muchos casos lleva al suicidio".
La integrante del Frente también expuso la problemática de las denuncias falsas vinculadas a menores: "Existen casos donde los hijos, ya de adolescentes, terminan admitiendo que nunca sufrieron abusos, pero igual sus padres estuvieron presos durante años. El profesionalismo en las pericias, como las cámaras Gesell, es clave y hoy no todos los peritos están preparados para tratar estos casos".
Finalmente, cuestionó la falta de reparación judicial y social: "Cuando después de años se descubre que fue una falsa denuncia, al acusado lo liberan sin más, con una SUBE para volverse a su casa. Pero perdió su trabajo, su reputación y su vida entera. El poder judicial no reconoce sus errores porque implicaría admitir un mal desempeño y nadie se hace cargo".
Y concluyó: "Las políticas de género y convenios internacionales como Belém do Pará establecen que la denunciante es víctima, su relato es prueba y ella misma es testigo. Partiendo de esa base, ya existe condena social. Por eso trabajamos en concientizar: cualquiera puede ser víctima de una falsa denuncia". (www.REALPOLITIK.com.ar)
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