
CABA
El Mercado Central de Buenos Aires, pieza clave en el abastecimiento de alimentos para todo el país, atraviesa una situación dramática. Según evidencian fotografías y videos captadas por trabajadores del predio, el espacio se encuentra completamente abandonado, sumido en la mugre, la inseguridad y la desidia.
Empleados del Mercado Central de Buenos Aires expusieron escenas cotidianas que parecen sacadas de una serie carcelaria: olor constante a comida podrida y orina, instalaciones que se caen a pedazos, riesgos eléctricos permanentes, y una presencia continua de personas alcoholizadas o drogadas. “El Mercado está completamente abandonado, se ha transformado en un antro de delincuencia, donde las probabilidades de sufrir un robo superan ampliamente a las de transitar sin problemas”, aseguraron.
La falta de mantenimiento también golpea a los operadores: en días de lluvia entra más agua dentro de las naves que la que cae afuera, lo que arruina la mercadería. Hace pocos días, incluso, una pelea entre bandas armadas con cuchillos terminó con un apuñalado. “Parecen escenas de El Marginal”, graficaron los trabajadores.
Mientras tanto, el presidente del Mercado, Fabián Miguelez, asegura públicamente que “todo está en orden” y que las instalaciones se mantienen limpias. Lo repitió hace apenas cuatro días, durante una reunión en la Nave 10. Sin embargo, las imágenes y videos aportados por los trabajadores muestran lo contrario: basta con caminar por el predio a cualquier hora de la mañana para constatar la decadencia del lugar.
Detrás de la crisis se encuentra Miguelez, histórico hombre de confianza de Mauricio Macri. El dirigente volvió a ocupar la presidencia del Mercado en diciembre de 2023 y aún hoy se mantiene en el cargo, pese a que su mandato venció el 31 de marzo de este año. Su permanencia se explica por la red de apoyos políticos y judiciales que lo respaldan.
No es la primera vez que Miguelez enfrenta denuncias. Entre 2016 y 2018 ya había pasado por el mismo cargo, hasta que debió renunciar en medio de acusaciones por corrupción, gastos irregulares, viajes polémicos y contratos direccionados. Actualmente se encuentra bajo investigación penal por abuso de autoridad, defraudación pública y negociaciones incompatibles.
A estas causas se suman denuncias del Sindicato de Trabajadores Rurales, que señalan que el Mercado fue utilizado como pantalla para el tráfico ilegal de drogas y armas, un circuito que habría provocado al menos doce muertes disfrazadas de peleas entre changarines. Un informe reciente describe además a Miguelez como parte de una estructura mafiosa enquistada en el predio, sostenida por extorsión, presión gremial, protección judicial y cobertura policial.
Aunque ya no ocupa cargos públicos, Macri sigue moviendo los hilos de poder a través de hombres como Miguelez. El Mercado Central es una de las cajas más jugosas del país: por día ingresan más de setecientos camiones. Y mientras los trabajadores denuncian inseguridad, abandono y precariedad extrema, el engranaje mafioso detrás del negocio permanece intacto. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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