
Opinión
El dato más inquietante: el 65 por ciento de esas faltas corresponden a excesos de velocidad, varias veces superando en más de un 30 por ciento los límites permitidos e incluso llegando a circular a 140 km/h en autopistas urbanas.
En 2014, alcoholizado, atropelló a un joven que sobrevivió de milagro. Diez años después, acumula un prontuario de 63 infracciones en la Ciudad y provincia de Buenos Aires —la mayoría por exceso de velocidad— y enfrenta denuncias sociales y familiares que reclaman justicia.
Este tipo atropello a mariano alvarez en libertador y pueyrredon emiliano angel aloi se nececitan testigos .RT pic.twitter.com/aLqo5XEaja
— El Conde Nado (@manulanuss) April 12, 2014
En marzo de 2014, Emiliano Ángel Aloi, empresario argentino de 51 años con recorrido en sociedades locales e internacionales, embistió con su vehículo a Mariano Álvarez (“Tutu”), un joven que sobrevivió de milagro pero con secuelas graves. Según las denuncias, Aloi conducía alcoholizado y se dio a la fuga tras el impacto.
Lo que pudo ser un escándalo nacional quedó parcialmente silenciado. Dicen que los vínculos de su padre, Alberto Aloi, con el poderoso empresario de medios Luis Nofal contribuyeron a minimizar la cobertura mediática. Pero lo que se ocultó en televisión, radios y diarios de entonces no pudo bloquear a las redes sociales de Argentina y Uruguay, donde Aloi fue bautizado como “el asesino al volante”, un mote que lo persigue hasta hoy.
La familia Álvarez transformó el dolor en denuncia pública. El hermano de la víctima lanzó un mensaje viral: “Tené cuidado con Emiliano Aloi. Empresario de zona norte, ex alumno del San Andrés.
Es un arma en potencia: a un año y medio de haber destrozado y casi matar a Tutu, sigue manejando libre de culpa y cargo, saliendo del país sin restricciones. ¿Esta es la Justicia que queremos para nuestro país?”.
El lema Fuerza Tutu se multiplicó en redes sociales y en las calles, acompañado por personalidades de gran visibilidad como el entrenador de Riever Plate Marcelo Gallardo, la actriz Eugenia “La China” Suárez, y los actores Joaquín Furriel, Luciano Castro y Peto Menahem, que se sumaron al reclamo de justicia.
Los mensajes se repitieron en cada aniversario:
Diez años después del accidente, Aloi no cambió su conducta: la agravó. Solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires acumula 43 infracciones de tránsito, con un monto superior a los 5 millones de pesos en multas.
El dato más inquietante: el 65 por ciento de esas faltas corresponden a excesos de velocidad, varias veces superando en más de un 30 por ciento los límites permitidos e incluso llegando a circular a 140 km/h en autopistas urbanas.
Las actas incluyen además:
Lo más llamativo es que, pese a su prontuario, no se le descontaron puntos en la licencia, quedando habilitado para conducir como si nada. Un retrato de la impunidad institucionalizada.
En tanto en la Provincia de Buenos Aires también tiene 20 infracciones y todas son por exceso de velocidad, no respetar luz del semáforo y por no usar los ocupantes los correajes de seguridad reglamentarios.
La pregunta de familiares, amigos y vecinos sigue vigente: ¿Cuántas vidas más deben ponerse en riesgo para que un conductor con este historial sea apartado de manera definitiva del volante? El caso de Emiliano Aloi refleja un doble fracaso: el de un hombre que convirtió el manejo en un arma, y el de un sistema judicial y mediático que eligió mirar para otro lado.
A la par de su prontuario vial, Aloi enfrenta investigaciones en Uruguay y Estados Unidos vinculadas a sociedades comerciales con deudas millonarias. En los expedientes aparecen maniobras con empresas quebradas y acreedores estafados, sumando un historial económico que completa el perfil de irresponsabilidad y abuso. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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