
Interior
En Corrientes, La Libertad Avanza sufrió otra derrota estrepitosa con apenas el 8 por ciento de los votos, mientras la victoria del radical Juan Pablo Valdés consolidó a Provincias Unidas y profundizó la crisis política de Javier Milei y su hermana Karina.
Nueva jornada electoral y nueva catástrofe para La Libertad Avanza (LLA). El ambicioso proyecto de Karina Milei de construir una fuerza política territorial con instalación en todas las provincias avanza por el sendero del fracaso. Y no sólo por los magrísimos resultados electorales, sino también porque su intromisión en la vida política de las provincias terminó haciendo explotar el blindaje legislativo del que gozaba el gobierno de Javier Milei en el Congreso de la Nación Argentina hasta hace un par de meses.
Aunque su hermano se resista a aceptarlo, “El Jefe” no es más que un pato de campo, que deja su marca a cada paso, involucrando y condenando al presidente a una vertiginosa caída libre. Según los datos disponibles hasta el momento, el candidato de LLA, Lisandro Almirón, terminó en el cuarto lugar, con apenas el 8 por ciento de los sufragios. Tal como sucedió en Formosa, un altísimo nivel de participación electoral, que en Corrientes llegó al 72,4 por ciento, es una vara demasiado alta para una fuerza política novel, montada sobre un discurso de odio y de destrucción, que sólo promete empobrecimiento, destrucción del trabajo y de la producción y concentración de la riqueza en pocas manos, a lo que ahora se ha sumado la sombra de la sospecha de una corrupción estructural organizada desde la cúpula del ejecutivo nacional.
Con un caudal electoral de arriba del 52 por ciento, Juan Pablo Valdés parece ser el reemplazo de su hermano Gustavo, acompañado por Pedro Braillard Poccard, actual vicegobernador, sin necesidad de balotaje. En segundo lugar quedó el kirchnerista Martín Ascúa, con el Frente Limpiar Corrientes, con alrededor de 20 punto; y tercero el ex gobernador radical Ricardo Colombi, con 16 puntos. Con la victoria obtenida con la candidatura de su hermano, Gustavo Valdés liquidó la interna del radicalismo provincial.
Dos meses atrás, y a instancias de Santiago Caputo, Karina se reunió con Colombi, pero la posibilidad de entendimiento naufragó rápidamente ante la prepotencia de la hermana presidencial. Ahora el gobierno nacional deberá lamentar haber quedado prácticamente al margen no sólo de la gobernación, sino también de la mayor parte de los 73 distritos en los que se elegían autoridades municipales y de las quince bancas en la Cámara de Diputados de la Provincia de Corrientes y cinco en el Senado provincial que se pusieron en juego.
La victoria de Valdés fue rápidamente celebrada por el Pro nacional a través de un comunicado, y también por sus aliados de Provincias Unidas, alianza a la que acaba de incorporarse el correntino. Para acompañarlo viajaron los gobernadores de Chaco, Leandro Zdero –quien parece haber archivado su reciente acuerdo electoral con LLA- y el mendocino Alfredo Cornejo, y anunciaron su llegada varios de los gobernadores que lo respaldaron: Maximiliano Pullaro (Santa Fe) Carlos Sadir (Jujuy); Ignacio Torres (Chubut); y el ex gobernador de Juan Schiaretti (Córdoba).
A Javier Milei se le deshace el poder entre las manos como granos de arena. En los próximos días lo esperan nuevos audios y videos que no sólo involucran a su hermana y a los primos Menem, sino también a otros dos ministros de su gobierno, según trascendió. Mientras tanto los sectores más concentrados del poder económico intentan modelar una opción de gobernabilidad alternativa a través de Provincias Unidas, por lo que la victoria contundente del hermano de Valdés es aún peor que el mísero 8 por ciento obtenido por el candidato de LLA.
Y esto sin considerar que el próximo domingo se vota en la provincia de Buenos Aires, donde los malos augurios para el gobierno nacional se incrementan con el paso de los días y las nuevas revelaciones. En los comicios realizados hasta ahora, a LLA sólo le fue bien en la CABA y en Salta Capital. El resto del país le ha dicho que no al ajuste y a la motosierra sin fin, aún antes de que comenzaran a circular los audios incriminatorios. Las encuestas parecen demostrarlo: cada vez son más los arrepentidos y los votantes de Milei reacios a concurrir a las urnas. La sociedad parece expresar que si bien las fuerzas políticas tradicionales merecían un voto castigo, continuar en esa posición sería autodestructivo.
Ahora se abre una tensa espera de siete días, con mercados alterados, intervenciones estatistas del ministerio de Economía de Argentina, tensión sobre el dólar, y nuevas acciones judiciales y revelaciones impactantes. Podría afirmarse que la Argentina se juega su futuro, si eso no sucediera todos los días. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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