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6 de septiembre de 2025 | Judiciales

Familiares denuncian una condena armada

La dramática historia de José Antonio Cáceres: Preso desde hace más de 6 años pese a pruebas a su favor

Se trata de un expolicía bonaerense de cuarenta y ocho años que, según aseguran sus familiares a partir de pruebas aportadas, permanecería privado de su libertad injustamente. ¿Qué dicen las pericias?

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por:
Abigail Luna

En Berisso, provincia de Buenos Aires, la historia de José Antonio Cáceres, un exoficial de policía bonaerense, se erige en una prueba de cómo la Justicia no siempre es justa. Al menos así lo explica su hijo, Agustín (22), que lleva años buscando visibilizar el caso de su padre, quien permanece preso desde hace más de seis años, acusado por un delito que, según los documentos oficiales y su relato, no cometió. La familia sostiene que la detención de José Antonio responde a una causa armada e influenciada por presiones externas que buscaban lucrar con "los derechos humanos".

Todo comenzó el 21 de octubre del 2011, aproximadamente a las 11.00, cuando un operativo policial en Berisso derivó en la detención de dos personas. Según detalla la causa, seis efectivos policiales, distribuidos en tres patrulleros, respondieron a un llamado del comando de patrullas que alertaba sobre un individuo que conducía una motocicleta presuntamente robada. 

Entre los agentes involucrados se encontraba José Antonio Cáceres, quien viajaba junto a su compañero Conti en uno de los móviles. La persecución culminó en la calle 93 bis, entre 126 y 126 norte, donde el sospechoso, un menor de edad, abandonó la moto e ingresó corriendo a una vivienda. Los efectivos lo siguieron y lograron aprehenderlo en el interior de la propiedad. En el mismo procedimiento fue detenido Néstor Ariel Canizzo, propietario de la vivienda, sobre quien pesaba un pedido de captura del Juzgado de Ejecución Nro. 1 de La Plata.

Ambos detenidos fueron trasladados a la comisaría tercera de Berisso y, posteriormente, Canizzo fue alojado en la comisaría cuarta, donde pasó la noche en un calabozo junto a otro detenido, Víctor Raúl Elguera Villegas. Según el testimonio de este último, registrado el 22 de octubre de 2011 a las 00.45, Canizzo comenzó a mostrar signos de malestar durante la noche. "Llegó a la comisaría otro muchacho detenido, me dijeron que se trataba de Ariel. Más tarde lo llevé al baño, y quería vomitar algo por su boca y se quejaba, estaba descompuesto, yo le bromeaba y él porque tosía mucho botaba sangre repentinamente", relató Elguera Villegas

El testigo señaló que el hermano de Canizzo le llevó dos pastillas de Buscapina, lo que pareció calmarlo temporalmente. Sin embargo, cerca de las 20.00, Canizzo volvió a sentirse mal, con tos y dificultades para respirar. "Se levantaba, iba al baño, regresaba y se acostaba nuevamente, me decía 'qué frío hermano'", añadió Elguera Villegas, quien le prestó una campera para abrigarlo.

Según el testimonio, alrededor de las 24.00, Canizzo, que se encontraba en la cama superior del calabozo, cayó al suelo. "Escuché el ruido de su caída y me sorprendí, lo único que hice, recuerdo, Ariel doblaba su mano, yo le preguntaba qué tenía, pero no respondía y su mano se le hacía para atrás", describió Elguera Villegas. Los efectivos policiales llamaron a una ambulancia, pero al llegar, los médicos constataron que Canizzo había fallecido.

"Cuando llegaron los médicos, entraron y lo miraron y ahí me llevé la sorpresa de que estaba muerto, eso fue todo lo que pasó", afirmó el testigo, quien aseguró que Canizzo no presentaba signos de haber sido golpeado al ingresar al calabozo ni expresó intenciones de requerir atención hospitalaria, salvo por la solicitud de las pastillas.

Cómo se armó la causa

La autopsia oficial, realizada por peritos forenses judiciales, determinó que la muerte de Néstor Ariel Canizzo se produjo por una insuficiencia cardíaca congestiva, agravada por el consumo de drogas. Según el relato de Agustín Cáceres, "la autopsia oficial del estado determinó que esa persona murió por una enfermedad cardíaca agravada por consumo de drogas. No hubo golpes, ni lucha, ni violencia"

Sin embargo, años después, una pericia fotográfica presentada por una asociación de derechos humanos de La Plata, basada únicamente en imágenes tomadas en una autopista y sin haber examinado el cuerpo, fue considerada por el tribunal para fundamentar la acusación contra José Antonio Cáceres y otros tres efectivos policiales.

"Una asociación de derechos humanos de la ciudad de La Plata presentó una pericia fotográfica -hecha sin ver el cuerpo, solo a partir de imágenes tomadas en una autopista- y eso fue tomado en cuenta para condenarlo, por encima del informe completo de los peritos forenses judiciales", denunció Agustín.

Otro hecho que fortalece la denuncia de este último es el informe pericial del doctor Omar Alejandro Ledesma, médico especialista en psiquiatría y medicina legal, presentado como perito de parte en la Investigación Penal Preparatoria (IPP) Nro. 37660/11, que contradice la autopsia oficial. Ledesma observó en un fotograma de la autopsia “la presencia objetiva de proceso de sufusión equimótica submucoso en la glotis”, lo que, según su experiencia, correspondería a un mecanismo por compresión o trauma.

"Se da veracidad y continuidad evolutiva temporal a las declaraciones testimoniales obrantes en la causa de marras, que describen en palabras profanas la evolución clínica del síndrome asfíctico mencionado", afirmó Ledesma, señalando que la autopsia oficial omitió esta lesión, lo que consideró “de relevancia cardinal y falta grave a la buena práctica médica”.

El juicio, llevado a cabo entre el 20 de marzo y el 11 de abril de 2019, culminó el 30 de abril de ese año con un veredicto condenatorio del Tribunal Oral en lo Criminal. Por mayoría, los cuatro imputados, incluido José Antonio Cáceres, fueron condenados a prisión perpetua por homicidio calificado, al considerarlos responsables de la muerte de Canizzo en el ejercicio de sus funciones.

Pero, Agustín destaca una incongruencia: "Los tres compañeros de mi papá, imputados en la misma causa, ya están libres. Él es el único que sigue preso. ¿Por qué? ¿Qué hay detrás?". La familia sostiene que la condena se basó en presiones de organismos de derechos humanos, sin pruebas sólidas que contradigan la autopsia oficial.

Su hijo, con las pruebas en mano, no frena su lucha: "Llevo años viendo a mi papá solo, lejos de su familia, pagando por algo que no hizo. Tengo toda la documentación que lo prueba y estaría muy agradecido si pudieras escuchar nuestra historia y ayudarnos a visibilizarla", concluyó en diálogo con este medio. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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