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A pesar del despliegue mediático y el gasto millonario, la visita de Javier Milei a Tierra del Fuego terminó en fiasco y escraches públicos.
Javier Milei visitó Tierra del Fuego en el marco de la campaña electoral nacional de La Libertad Avanza que lo tiene como protagonista excluyente, a pesar de no ser candidato. El viajecito nos salió caro, ya que gastó 300 mil dólares del erario público para su campaña partidaria en tres aviones en los que se trasladó con su comitiva. Pero el viaje resultó otro fracaso: tuvo que suspender tanto el acto como la caminata programada, ante la ausencia de asistentes. En cambio, hubo varios escraches que le demostraron el creciente repudio social que provoca.
Como ya les sucedió durante la campaña previa a las elecciones de la provincia de Buenos Aires, la desaprobación social va tiñendo el presente proceso electoral del oficialismo. El primer candidato en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, no puede salir a la calle después de la confirmación, por parte de la Justicia norteamericana, de que recibió 200 mil dólares del traficante narco Fred Machado en su campaña de 2021, quien además le facilitó un avión y una camioneta blindada por entonces. Poco después, Espert adquirió un vehículo personal valuado en 90 mil dólares.
Esta novedad, en coincidencia con el triple crimen aberrante de la semana pasada, hizo implosionar aún más su ya desgastada imagen, a punto tal que ha debido suspender su participación en actos de campaña. La cara de Espert es la que aparecerá en la boleta única provincial el 26 de octubre, lo que hace caer aún más las devaluadas expectativas del gobierno nacional sobre la elección provincial. Pero aún así Milei se niega a hacerlo bajar de su candidatura, ya que fue el único nombre que él mismo impuso, a contrapelo de la opinión unánime dentro de su entorno que requería bajarle el pulgar.
Los nuevos datos que comprometen a Espert se suman a las denuncias previas sobre su relación con el mundo narco, formuladas en su gran mayoría por figuras muy próximas al presidente. Y este no es el único caso de candidaturas de LLA relacionadas con ese ámbito o portadoras de antecedentes delictivos. En la Casa Rosada hay escaso entusiasmo sobre los resultados electorales, y aceptan que hoy hay un “empate técnico”, curiosamente el mismo diagnóstico que formulaban para las elecciones bonaerenses que perdieron por más de 13 puntos. Muy lejos quedaron los discursos triunfalistas de hace un mes y medio, que sostenían que “La Libertad Arrasa”. Hoy, por el contrario, parece que “La Libertad está siendo Arrasada”.
Para colmo de males, la ayuda de Scott Bessent y de Donald Trump no parece ir más allá de sus publicaciones en X, donde aclararon que recién se discutirían sus términos después de las elecciones, y sólo en caso de que el gobierno nacional salga vencedor. A pesar de que necesita desesperadamente de dólares crocantes para sostener una cotización baja de la divisa norteamericana para evitar un incremento de la inflación en el último tramo de la campaña electoral, el gobierno norteamericano no parece dispuesto a hacer concesiones, sobre todo a partir de la dura resistencia que Bessent sufre dentro de la gestión Trump y de los votantes agrícolas republicanos sobre su respaldo a la administración Milei, que comprometería al erario público norteamericano y a los intereses de los exportadores sojeros de ese país.
Pero la cuestión va más allá, ya que se ha deslizado la hipótesis de que el objetivo de Bessent no sería el de contribuir a que la Argentina pueda salir de su profunda crisis, sino reflotar la cotización de los bonos soberanos de nuestro país en manos de especuladores norteamericanos, que se habían caído a pique, provocándoles grandes pérdidas.
Asi las cosas, al gobierno sólo le ingresaron los dólares de los consorcios exportadores beneficiados por el paréntesis de retenciones cero que duró apenas setenta y dos horas. La medida le costó a la recaudación argentina 1.500 millones de dólares, y el repudio de los productores agrícolas –en su gran mayoría, votantes de LLA–, que quedaron eximidos de aprovechar este beneficio.
Si bien las publicaciones de Bessent y de Trump provocaron inicialmente una baja de la cotización del dólar y un incremento de las de Bonos y ADRS argentinas en Wall Street, la confirmación de que no habrá dólares frescos antes de las elecciones, sumado a la difusión de encuestas que confirmar la drástica debacle de la figura de Milei y de las posibilidades de LLA ante el próximo desafío electoral, hicieron revertir esas tendencias a partir del jueves pasado. La brecha entre el oficial y los paralelos se incrementa cada día, las acciones argentinas continúan desplomándose, y el panorama resulta cada vez más sombrío. La mayoría se inclina por un escenario “D+D” (Devaluación + Default), para el día después de las elecciones, por lo que la presión sobre el dólar se incrementará en lo sucesivo, agravado porque no hay liquidaciones de divisas importantes antes de entonces.
Todo parece volver a ser como era antes de la intervención mediática de los “amigos americanos” de un gobierno que no cesa de imponer nuevas restricciones al acceso a dólares y que ha debido liquidar 300 millones de los dólares acercados por los exportadores para tratar de contener su cotización. ¿Cuánto les durara el resto? (www.REALPOLITIK.com.ar)
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