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Viejos tuits del flamante canciller Pablo Quirno, en los que relativizaba el reclamo argentino por Malvinas, generan polémica tras su designación por Javier Milei
A poco de haber sido designado como nuevo canciller por Javier Milei, resurgieron en redes sociales viejos mensajes de Pablo Quirno —hombre de extrema confianza del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo— que ponen en duda su compromiso con la causa de Malvinas.
En uno de los tuits, publicado el 12 de marzo de 2013, Quirno ironizaba: “¿Y si el referéndum que hicieron en Malvinas lo hacemos acá? ¿Tendría un resultado diferente?”, mufándose del apoyo real existente entre los argentinos con respecto a este reclamo histórico.

Pero no fue el único comentario polémico. Un año después, en junio de 2014, cruzó a José Luis Espert —hoy fuera de la carrera electoral por sus vínculos con el narcotráfico— y escribió: “Ir a la ONU por los buitres es lo mismo que ir por la Malvinas… declaraciones obtendremos, pero definiciones o cambios, NO”.

Las declaraciones resurgen en un contexto delicado: Quirno, economista formado en la Universidad de Pensilvania y exdirector del JP Morgan Chase, acaba de asumir el control del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto argentino, el área responsable de representar al país en foros internacionales, incluida la reclamación soberana sobre las Islas Malvinas.
El nuevo canciller se desempeñaba hasta ahora como secretario de Finanzas y secretario de Relaciones Económicas Internacionales, y su ascenso fue decidido directamente por Milei, con la venia de Caputo, para fortalecer el núcleo económico del ejecutivo. Desde su nuevo rol, Quirno tendrá bajo su órbita las relaciones con los principales socios comerciales del país y con organismos multilaterales de crédito.
Los tuits, que datan de más de una década, generan incomodidad en un gobierno que intenta proyectar una imagen de firmeza en política exterior. En el pasado reciente, Javier Milei había sostenido que la cuestión Malvinas debía resolverse “por medios diplomáticos y sin consignas vacías”, una posición que muchos interpretaron como un enfriamiento del reclamo histórico.
Con este trasfondo, las antiguas palabras del flamante canciller —equiparando el reclamo por Malvinas con una pérdida de tiempo en la Organización de las Naciones Unidas— vuelven a escena justo cuando su firma deberá aparecer al pie de los documentos oficiales que sostienen la soberanía argentina sobre el archipiélago. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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