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25 de octubre de 2025 | Nacionales

La soberanía en manos de intereses financieros

El clan Quirno: Cargos, lobby y banca

Mientras Javier Milei intenta exhibir independencia frente a los mercados, nombra como canciller a Pablo Quirno, un ex hombre de JP Morgan con un historial de endeudamiento, vínculos cruzados con las fintech y dos hijos estratégicamente ubicados entre bancos y consultoras. 

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Con la designación de Pablo Quirno como titular del ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, el presidente Javier Milei profundizó la colonización del gabinete por parte del círculo financiero que integran los ex JP Morgan Chase: Luis Caputo, Santiago Bausili y el propio Quirno. Una insinuación que apenas unas horas después se concretaría en una reunión con Jamie Dimon, CEO del gigante de los bancos. Lejos de representar un giro diplomático, su nombramiento garantiza que la política exterior quede subordinada a los intereses de los bancos internacionales y de las fintech locales con las que su familia mantiene lazos directos.

Economista egresado de Wharton School of the University of Pennsylvania y exdirector para América Latina del JP Morgan, Quirno es desde hace años uno de los hombres más cercanos a “Toto” Caputo, con quien negoció el endeudamiento récord con el FMI durante el macrismo y diseñó el fracasado esquema de Participación Público Privada (PPP). En diciembre de 2024, ya bajo la presidencia de Milei, fue simultáneamente secretario de Finanzas y secretario de Relaciones Económicas Internacionales, acumulando poder y contactos con fondos de inversión y organismos multilaterales. Ahora, con su salto al Palacio San Martín, el control del área económica y la diplomacia argentina quedan definitivamente concentrados en el mismo núcleo financiero.

Un linaje de lobby y banca

Detrás del flamante canciller, sin embargo, se esconde un detalle poco conocido: un entramado familiar que mezcla cargos públicos, fintechs y bancos de inversión.

Su hijo mayor, Pablo Quirno (h), fue funcionario durante el gobierno de Mauricio Macri, primero en la Casa Rosada y luego en la Cancillería, donde ascendió en tiempo récord hasta convertirse en subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales con apenas veintiséis años. Apenas dos años después de dejar el cargo público, ingresó como chief financial officer de Brubank, el banco digital que había recibido autorización para operar cuando su padre era director del Banco Central de la República Argentina.

El cruce de intereses no terminó ahí: más tarde, el joven Quirno pasó por Wilobank SAU (el primer banco digital de Argentina, lanzado por Eduardo Eurnekián, que ahora pertenece a Ualá) y ALAU Tecnología SAU (la empresa que opera la fintech Ualá), donde se desempeña como country manager Argentina.

Según consta en el Registro de Audiencias Oficiales, el 13 de febrero de 2025 Pablo Quirno (h) gestionó una reunión en la Comisión Nacional de Valores con el presidente del organismo, Roberto Silva, para tratar “temas regulatorios varios” en representación de Ualá. En la cita también participó Pablo Savoldelli, autoridad de la empresa. El dato no sería relevante si no fuera porque, en ese momento, su padre integraba el gobierno de Javier Milei, ejerciendo simultáneamente funciones en Finanzas y Cancillería.

En otras palabras, el hijo hacía lobby ante el estado mientras el padre era parte del estado y controlaba los hilos de la cartera económica.

El segundo hijo, Marcos Quirno, siguió un camino similar. Tras su paso por JP Morgan Buenos Aires, se incorporó a Nubank Argentina —la filial local del gigante brasileño de las fintech— y actualmente figura como inversor de Dragoneer Investment Group, un fondo con sede en San Francisco especializado en capital tecnológico. El dato completa un cuadro familiar en el que los intereses bancarios y tecnológicos confluyen directamente con las decisiones de política económica y exterior del país.

Del BCRA a las fintech familiares

Los antecedentes del propio Quirno padre confirman que el vínculo entre su familia y el sistema financiero no es casual. En 2018, cuando integraba el directorio del Banco Central, habilitó la operación de Brubank SAU, fundada por Juan Bruchou, ex CEO de Citibank. Meses más tarde, su hijo asumiría un cargo directivo en esa misma entidad.

El caso ilustra un patrón de puertas giratorias que se repite: los Quirno pasaron del estado al sector privado y viceversa, llevando consigo información privilegiada, contactos y capacidad de influencia.

El canciller que relativizó la soberanía sobre Malvinas

A la controversia económica se suma el costado político: resurgieron viejos tuits en los que Quirno ironizaba sobre la soberanía de las Islas Malvinas, preguntándose si un referéndum similar al de los kelpers tendría “un resultado diferente” en territorio argentino. En otro mensaje, minimizaba la importancia de acudir a la Organización de las Naciones Unidas por el reclamo histórico.


Palacio San Martín.

Su designación, en consecuencia, no solo consolida el dominio de los bancos sobre la política argentina, sino que coloca la defensa del interés nacional en manos de un funcionario vinculado abiertamente a capitales extranjeros y que, quizás no por casualidad, relativiza públicamente la soberanía del país sobre las Malvinas.

De JP Morgan a Brubank, de Ualá al ministerio de Economía, el clan Quirno encarna el modelo de financierización del estado que el actual gobierno lleva al extremo: las mismas familias que manejan los bancos ahora dirigen la política exterior y económica de la Argentina. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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