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14 de noviembre de 2025 | Legislativas

Puerto de Quequén y Cámara de Diputados

Sergio Massa negocia con Axel Kicillof, La Cámpora y Martín Menem el doble cargo para Jimena López

La diputada nacional electa de Fuerza Patria, Jimena López, intenta asumir su banca sin soltar la presidencia del Puerto de Quequén, en una maniobra cuestionada sostenida por el lobby de Sergio Massa y un entramado político que busca preservar el control de una de las cajas más poderosas del país.

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por:
Santiago Sautel

Mientras el Puerto de Quequén atraviesa una de las crisis de gestión más delicadas en décadas, su presidenta, Jimena López, libra otra batalla en paralelo: asumir como diputada nacional sin soltar la caja del puerto. Y detrás de esa jugada, como siempre, aparece el operador político más resiliente de la Argentina: Sergio Massa.

Por estas horas, López —segunda en la lista de Fuerza Patria detrás de Jorge Taiana— intenta sellar una maniobra que a cualquier funcionario común lo dejaría al borde de la inhabilitación: cobrar como presidenta del consorcio de gestión y, al mismo tiempo, ocupar una banca nacional. Algo que, de mínima, roza entre la amoralidad y la ilegalidad y que, de máxima, requiere una ingeniería política quirúrgica.

Todos en la mesa para sostener a López

La jugada no podría avanzar sin un operador que se mueva en todos los tableros. Y ese es Sergio Massa, que hoy mantiene línea directa con Axel Kicillof, con Cristina Fernández de Kirchner y hasta con el propio gobierno de Javier Milei. A cada uno les ofrece algo distinto, pero a todos les pide lo mismo: que dejen pasar sin ruido la asunción de Jimena, y que nadie toque el puerto.

El massismo quiere sostener la doble caja, sin ceder “ni un ápice”. No es casual: Quequén es uno de los puertos más importantes del país, mueve casi 8 millones de toneladas anuales y es una vidriera política y financiera que Massa no está dispuesto a regalar.

En el medio aparece otro actor clave: Martín Menem, presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Massa ya hizo llegar sus gestiones para que Menem no plantee objeciones administrativas ni jurídicas. El objetivo: asunción exprés y sin dictámenes que puedan frenar la maniobra.

La historia de una dirigente que acumula poder, cargos… y polémicas

Jimena López no es una recién llegada. Es hermana del exintendente Facundo López, hoy subdirector de la Agencia Nacional de Seguridad Vial bajo la gestión Milei, una de esas rarezas argentinas donde la política cambia de signo pero los apellidos sobreviven.

En la municipalidad de Necochea la recuerdan por su “sueño de una intendencia feminista”, por su paso como secretaria de Desarrollo Humano, por su banca nacional que heredó de Luana Volnovich y por su proyecto de “alcohol cero”.

Pero su ascenso real llegó cuando fue designada presidenta del Puerto de Quequén por Axel Kicillof. Ahí empezó lo delicado. López desembarcó en el puerto gracias a un pacto con el intendente Arturo Rojas: ella sería presidente del consorcio y él pondría al gerente general. 

Pero la palabra duró poco. Apenas consolidó poder, López echó a Fernando Ciancaglini, el funcionario puesto por Rojas, y desde entonces maneja el puerto con un nivel de discrecionalidad que genera ruido interno y externo.

Hoy concentra la presidencia y la gerencia general, una acumulación inédita y funcional a un solo resultado: control absoluto.


Jimena López, Sergio Massa.

Un puerto a la deriva, sin licitación y bajo sospecha

Mientras López arma su desembarco en el Congreso de la Nación Argentina, Quequén está al borde de un apagón administrativo.

La concesión del puerto está vencida desde 2022 y se mantiene a fuerza de prórrogas sucesivas. Los pliegos de la nueva licitación hace años que deberían estar listos, pero el consorcio —es decir, López— no informa avances, no convoca, no transparenta y no define. Desde adentro del puerto hablan de una gestión “en transición permanente”, con riesgo institucional, indefinición jurídica y un desgaste operativo cada vez mayor. 

Un dato clave: con la demora en los pliegos, cualquier licitación ya es imposible de ejecutar este año. La cuarta prórroga consecutiva es prácticamente un hecho.

La caja, el massismo y la batalla final

Para el massismo, soltar Quequén es perder un enclave financiero y político estratégico. Para Axel Kicillof, soltar a Jimena es romper el equilibrio con el Frente Renovador en la provincia de cara a la carrera presidencial. Para el kirchnerismo, mantenerla es sostener la figura de Massa como un intermediario confiable y socio político.

Para Javier Milei y Martín Menem, permitir su asunción simultánea es la promesa de destrabar una negociación parlamentaria y consolidar su entramado de relaciones.

Sin embargo, en los papeles, la pregunta del millón es si una funcionaria puede manejar una de las cajas portuarias más importantes del país mientras legisla a nivel nacional. Para la política, todo indica que sí. Para la legalidad, el tema no pareciera preocupar demasiado. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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