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Un grupo de afiliados del Partido Justicialista (PJ) presentó un amparo jurídicamente inviable para exigir internas urgentes y forzar la renuncia de Cristina Fernández de Kirchner, y aunque el planteo es insólito y sin sustento legal, la jueza María Servini igualmente abrió un expediente.
Presentación insólita contra el : piden por amparo que Cristina renuncie y la jueza Servini ya abrió un expediente
La interna del peronismo nacional sumó en las últimas horas un capítulo tan ruidoso como jurídicamente torpe: un grupo de afiliados al Partido Justicialista (PJ) presentó ante la jueza federal María Servini un amparo para exigir elecciones internas urgentes y, en un movimiento sin precedentes, la renuncia de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia del PJ.
Sí: Renuncia… por amparo.
La presentación -firmada por Eduardo Felipe Vallese, Margarita Villegas, César Arias y patrocinada por el abogado Juan Carlos Blanchet- llegó al juzgado Electoral con una argumentación que generó sorpresa entre operadores judiciales y peronistas de todos los sectores.
Según surge del escrito, los firmantes invocan la condena en la Causa Vialidad para sostener que Cristina “no puede seguir siendo presidenta del PJ”, y reclaman que Servini ordene elecciones internas, afiliaciones y re-afiliaciones masivas, y que disponga la salida inmediata de la exvicepresidenta del órgano partidario.
No se trata de un recurso interno, ni de un planteo administrativo: es un amparo sumarísimo que pretende que la Justicia intervenga directamente en la conducción del principal partido del país.
Más allá del estruendo político, hay tres puntos centrales que vuelven a la presentación un verdadero despropósito jurídico:
1) No agotaron la vía partidaria: Las jurisprudencias consolidadas, tanto de la Justicia Electoral nacional como provincial, son categóricas: antes de judicializar un conflicto interno, se debe agotar la vía partidaria. En este caso, nada de eso ocurrió. Los firmantes no acreditaron haber presentado reclamos ante ninguna autoridad interna del PJ nacional —consejo, congreso partidario, Junta Electoral, Tribunal de Disciplina—, ni haber agotado los mecanismos previstos en la carta orgánica. Es el ABC del derecho electoral. Y está ausente.
2) La acción utilizada no es la vía procesal correspondiente: Lejos de optar por el procedimiento electoral previsto para conflictos intrapartidarios, los afiliados eligieron la vía del amparo sumarísimo, que sirve para actos ilegales o arbitrarios del estado, no para disputas de conducción en partidos políticos que tienen órganos propios de resolución. En términos sencillos: es como pedirle a un juez penal que resuelva un conflicto de consorcio.
3) El pedido estrella: Que la Justicia “ordene la renuncia” de la presidenta del PJ. Los autores solicitan directamente: “La renuncia de la presidenta del Partido Justicialista orden nacional”, además de elecciones internas y un reempadronamiento general. Para cualquier jurista, es un pedido sin precedentes: ninguna norma autoriza a un juez electoral a “ordenar la renuncia” de un presidente partidario por amparo. Ni siquiera en casos de intervención partidaria -que tampoco corresponde acá- el mecanismo funciona de ese modo. De allí que fuentes judiciales admitieran a este medio que el escrito “parece más político que jurídico”.
Hasta último momento algunos dirigentes creían que se trataba de una broma, por la precariedad técnica del escrito. Pero no: Vallese firmó. El abogado Blanchet también. Y lo más inesperado: Servini le dio trámite.
Según el despacho del 12 de noviembre, la jueza ordenó: abrir legajo independiente, dar ingreso al Lex100, y requerir a las secretarías electorales de La Pampa y Buenos Aires informes sobre la afiliación de los firmantes. Es decir: aunque el planteo sea débil, el expediente está oficialmente en marcha.
Para operadores del peronismo consultados por este medio, la presentación no tiene destino judicial, pero sí lectura política: pone presión sobre la conducción del PJ, intenta instalar la discusión sobre la situación de Cristina tras la condena y busca activar una interna que hoy pocos sector del partido se animan a reclamar.
Lo único seguro por ahora es que la causa ya existe, tiene número y está en manos de Servini. Y que, más allá de su endeblez jurídica, el escrito probablemente consiga su objetivo: que todo el peronismo hable de él. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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