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El abogado constitucionalista, Félix Lonigro, conversó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre los riesgos del uso discrecional de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), el impacto del megaproyecto impulsado por Javier Milei y las reformas que buscan limitar el poder presidencial para evitar abusos.
"Lo primero que hay que aclarar es que no todos los decretos son de necesidad y urgencia. El presidente tiene herramientas sanas y republicanas, como los decretos autónomos o reglamentarios, indispensables para ejercer sus atribuciones. El problema aparece cuando mete la mano en el bolsillo del Congreso de la Nación Argentina y hurta sus facultades", inició Félix Lonigro.
El constitucionalista explicó que los DNU y los decretos delegados son mecanismos a través de los cuales el Poder Ejecutivo asume potestades legislativas. "Cuando el presidente dicta un DNU está ejerciendo atribuciones del Congreso, y eso para el sistema republicano es tremendo. La Constitución del 94 permitió esto con requisitos muy ambiguos. Fue, en muchos aspectos, una vergüenza del constituyente", cuestionó.
Lonigro sostuvo que la reforma de 1994 abrió la puerta a una "desrepublicanización" del país, fenómeno que —según dijo— se profundizó con la ley 26.122, impulsada durante el gobierno de Néstor Kirchner. "Esa ley permite que un DNU rija desde el día siguiente de su publicación, aunque el Congreso ni siquiera lo trate. No establece plazos, y encima basta que una sola cámara lo apruebe para que siga vigente, aunque la otra lo rechace. Es más difícil para el Congreso legislar que para el presidente", enfatizó.
En este sentido, analizó el mega DNU 70/2023 firmado por el presidente Javier Milei al inicio de su gobierno. "Modificó cientos de artículos y decenas de leyes sin ninguna necesidad ni urgencia. Algunos justificaban diciendo que había una crisis, pero una crisis no es una circunstancia excepcional. Con ese criterio se puede hacer cualquier cosa. El Senado de la Nación Argentina lo rechazó, pero como la Cámara de Diputados de la Nación no lo trató, sigue vigente. Así estamos: todo atado con alambres", advirtió.
Respecto al proyecto que busca reformar el régimen de DNU, Lonigro detalló: "Se pretende que el Congreso tenga un plazo perentorio. Si en 150 días no lo aprueba, el DNU cae. Además, se busca que ambos cuerpos deban aprobarlo, no solo uno, y que los decretos sean monotemáticos. Hoy los legisladores deben votar todo o nada, incluso cuando solo una parte del decreto podría justificar urgencia. Eso es absurdo".
El abogado también denunció resistencias políticas a estas reformas. “El gobierno no quiere que lo limiten y algunos sectores del Congreso tampoco. Dicen: ‘A los demás les facilitaron las cosas, ¿por qué a mí no?’. Nadie quiere encauzar al país por el andarivel de la institucionalidad. Todos los presidentes disfrutaron de esta comodidad: ni Mauricio Macri, ni Cristina Fernández de Kirchner, ni Alberto Fernández, ni Javier Milei quieren perder ese poder”.
Finalmente, Lonigro reflexionó sobre el trasfondo institucional del debate: "Para muchos, respetar la Constitución es una sujeción absurda a las formas. Pero las formas son garantías. El sistema republicano es forma: que el presidente no pueda crear impuestos, que solo un juez pueda condenar, que las decisiones se tomen en órganos colegiados. Ese es el método que el mundo encontró hace más de 200 años para limitar a los monarcas. Hoy parece que algunos idolatran lo contrario". (www.REALPOLITIK.com.ar)
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