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El gobierno quedó envuelto en una fuerte polémica luego de que YPF y el Banco Nación aparecieran como sponsors del show privado de Tini Stoessel en Tecnópolis, mientras Karina Milei asistía al evento en medio de un contexto de ajuste, recortes y una grave denuncia penal contra las autoridades del propio BNA.
En medio de una crisis económica cada vez más profunda, con recortes generalizados, subsidios eliminados, tarifas en alza y salarios pulverizados por la inflación, el gobierno de Javier Milei quedó envuelto en una nueva polémica: YPF y el Banco de la Nación Argentina aparecen como auspiciantes oficiales del espectáculo privado de Tini Stoessel, “FUTTTURA”, realizado en Tecnópolis.
La controversia se amplificó cuando se difundieron imágenes del show donde se ve a Karina Milei, la figura más influyente del gobierno y hermana del presidente Javier Milei, muy cerca de Mariana Muzlera, la sonriente madre de Tini. La presencia de la secretaria General de la Presidencia en un evento financiado por empresas públicas reavivó las versiones sobre favoritismos, negocios culturales subsidiados de manera encubierta y una sorprendente doble vara en el manejo del gasto estatal.
Aunque no trascendió información oficial, la evidencia es clara: Banco Nación, a través de su tarjeta Visa BNA, promocionó FUTTTURA como sponsor oficial, ofreciendo seis cuotas sin interés para comprar entradas. Por su parte, YPF, mediante su cadena YPF Full, lanzó merchandising propio del festival, desde vasos temáticos hasta sorteos y activaciones promocionales en estaciones de servicio.
En redes sociales, la propia cuenta institucional del BNA celebró la “nueva fecha” del show, mientras que YPF, a través de YPF Full, promocionó productos “Modo FUTTURA Activado”. Y todo esto ocurre mientras el gobierno promete eliminar el “gasto político”, recorta partidas esenciales y envía señales duras de austeridad hacia abajo pero no hacia los eventos de una artista que pareciera ser amiga de la familia presidencial.
FUTTTURA no es un recital común. Es un festival conceptual, una megaproducción con tres escenarios temáticos, pantallas led gigantes, efectos especiales y decenas de bailarines. Se vende como una “experiencia inmersiva” y la puesta en escena es equiparable -en costo- a los mayores festivales internacionales.
La pregunta que sobrevuela ahora es obvia y política: ¿Por qué el principal banco público del país y la petrolera estatal están financiando, facilitando o promoviendo un espectáculo privado mientras elgobierno anuncia tijera, ajuste y déficit cero?
En medio del estallido de comentarios, se viralizó un video donde se ve a Karina Milei recorriendo el VIP de Tecnópolis, saludando a la gente, sonriendo y moviéndose con total comodidad entre el público.
Para muchos, la postal confirmó lo que parecía un simple rumor: el evento da la sensación de estar política, estética y financieramente apadrinado por el oficialismo.
La indignación escaló todavía más porque el escándalo de FUTTTURA se da apenas días después de que se presentara una denuncia penal demoledora contra las autoridades del Banco Nación por fraude, lavado de dinero, malversación de fondos públicos, asociación ilícita, administración fraudulenta y otros delitos gravísimos vinculados a la plataforma Tienda BNA y presuntos circuitos paralelos de recaudación y triangulación financiera.
La causa pide incluso embargos por 50 millones de dólares, secuestro de documentación interna, suspensión de actividades y prohibición de salida del país para directivos.
Mientras tanto, ese mismo Banco Nación aparece destinando recursos —directos o indirectos— a un festival musical privado, en un momento en el que su gestión está bajo la lupa de la Justicia y los organismos de control.
El gobierno eliminó subsidios, achicó programas sociales, cortó transferencias y repite diariamente que “no hay plata”. Sin embargo, la ciudadanía se encuentra con merchandising oficial de FUTTTURA en YPF, cuotas sin interés del Banco Nación para entradas de un show privado, sponsoreo estatal extendido y una “primera dama política” -Karina Milei- participando activamente del evento.
El contraste es obsceno incluso para estándares locales. La pregunta final es incómoda, pero inevitable: ¿Por qué una artista privada recibe apoyo institucional de empresas públicas mientras el país atraviesa el ajuste más profundo de su historia?
La presencia de Karina Milei refuerza la sospecha de que FUTTTURA no es simplemente un show sino un producto con aval y beneficios que llegan desde el propio corazón del poder político.
Mientras tanto, YPF y Banco Nación siguen sin dar explicaciones. Y los argentinos -como siempre- vuelven a quedar atrapados entre recortes que se les exigen a todos… y privilegios que parecen permitirse unos pocos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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