Municipales
Un nuevo fallo del Tribunal de Cuentas reveló graves irregularidades en la gestión de Arturo Rojas al frente de Puerto Quequén, que se suman a las recientes sanciones y observaciones por desmanejos financieros y pagos indebidos en la municipalidad de Necochea.
El Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) emitió un nuevo fallo que vuelve a colocar bajo la lupa la gestión de Arturo Rojas, hoy intendente de la municipalidad de Necochea y extitular del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén. Aunque el hecho auditado corresponde a períodos anteriores, la resolución es reciente y suma un capítulo más a una larga lista de irregularidades, desmanejos y sanciones que vienen comprometiendo al devenido en jefe comunal.
El fallo del HTC detalla serias inconsistencias administrativas durante la presidencia de Rojas en el puerto: contrataciones sin respaldo documental, expedientes incompletos, gastos sin acreditación reglamentaria y decisiones tomadas sin los procedimientos de control interno exigidos por la normativa provincial. El organismo detectó falencias en la ejecución presupuestaria, deficiencias en la documentación contable y operaciones que carecen del sustento mínimo requerido para la administración de fondos públicos.
La resolución —contenida en el expediente correspondiente al Consorcio Portuario Puerto Quequén— expone un manejo marcadamente discrecional durante la conducción de Rojas, en un organismo cuya magnitud económica y estratégica exige exactamente lo contrario: rigor, transparencia y control.
Este nuevo fallo no aparece en el vacío. Por el contrario, se suma a una serie de severas observaciones y sanciones que el Tribunal de Cuentas bonaerense ya había formulado contra la gestión de Rojas, tanto en el municipio como en su paso previo por el sector portuario.
Hace apenas dos semanas, REALPOLITIK reveló que el Tribunal cuestionó duramente al intendente por asumir la totalidad de una deuda privada millonaria derivada del incendio en el predio de disposición final de residuos en 2009, a pesar de que la Justicia había determinado que la municipalidad solo tenía el 20 por ciento de responsabilidad. El fallo dejó en evidencia que la comuna pagó capital, intereses y honorarios correspondientes al 100 por ciento de la condena, beneficiando directamente a la empresa Servicios Ambientales Necochea SA, concesionaria del predio.
El Tribunal advirtió que el municipio —bajo la conducción de Rojas— ni siquiera intimó a la firma privada a hacerse cargo del 80 por ciento que le correspondía, generando un perjuicio fiscal millonario. Recién tras las observaciones del organismo, la gestión inició acciones de repetición para intentar recuperar el dinero mal pagado.
Pero no fue el único varapalo. Hace apenas días, el HTC también multó personalmente al intendente por el descalabro administrativo y financiero del ejercicio 2023, donde detectó:
- Un déficit de 1.670 millones de pesos.
- Excesos presupuestarios por más de 7.000 millones.
- Obras inconclusas sin sanciones a las empresas contratistas.
- Pagos judiciales indebidos o mal gestionados.
- Falta de control interno y violaciones a la Ley Orgánica de las Municipalidades.
Rojas y su secretario Legal y Técnico, Ernesto Povilaitis Giovazzino, fueron obligados a responder con su propio patrimonio por los perjuicios ocasionados al erario.
Con este nuevo fallo sobre Puerto Quequén, el Tribunal de Cuentas termina de cerrar un patrón que atraviesa toda la carrera administrativa de Arturo Rojas: un manejo opaco, poco profesional y constantemente observado por los organismos de control.
Mientras el intendente intenta atribuir las sanciones a factores externos —inflación, crisis económica o “fallos heredados”—, los informes del HTC muestran una constante: donde Rojas administra, aparecen irregularidades. Donde Rojas firma, surgen perjuicios económicos. Donde Rojas gestiona, el Tribunal encuentra desorden, discrecionalidad y falta de rendición adecuada.
Este último fallo, además, cae en un momento de tensión política local, con el municipio económicamente asfixiado, obras paralizadas y una creciente pérdida de legitimidad dentro y fuera de su propio espacio.
Tras la dura derrota electoral de medio término y con tres fallos graves del Tribunal de Cuentas en tan solo meses —municipio, deuda privada asumida indebidamente y ahora irregularidades en Puerto Quequén—, Rojas enfrenta un escenario complicado. La imagen de un administrador eficiente, que buscó construir desde su paso por el puerto, se encuentra seriamente dañada.
Este nuevo golpe del HTC no solo expone irregularidades pasadas: anticipa problemas presentes y futuros, compromete a su círculo más cercano y deja abierta la puerta para responsabilidades administrativas que puedan escalar. De hecho, el Tribunal ya advirtió que, de no corregirse o recuperarse los montos pagados indebidamente, avanzará con la determinación de responsabilidades personales. Y esta vez, ya no se trata de un hecho aislado: es parte de una serie de señales contundentes de un organismo que rara vez usa palabras tan duras. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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