Municipales
La Asociación del Personal de Terminales Portuarias de Quequén (APTPQ) declaró el “estado de alerta y movilización” tras cuestionar de manera directa a la conducción del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén por lo que consideran una decisión “unilateral, intempestiva e inconsulta” respecto de la prórroga del contrato del Elevador Terminal Quequén
El conflicto en Puerto Quequén volvió a encenderse. La Asociación del Personal de Terminales Portuarias de Quequén (APTPQ) declaró el “estado de alerta y movilización” tras cuestionar de manera directa a la conducción del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén por lo que consideran una decisión “unilateral, intempestiva e inconsulta” respecto de la prórroga del contrato del Elevador Terminal Quequén S.A.
Según el gremio, durante una reunión reciente con el Directorio —encuentro en el que participó la presidenta del Consorcio, Jimena López— se había acordado por unanimidad extender el contrato por un año, tiempo considerado “mínimo e indispensable” para garantizar estabilidad operativa, comercial y laboral mientras avanzaba el nuevo proceso licitatorio.
Pero ese consenso, aseguran, quedó en nada. La conducción del Consorcio decidió otorgar solo seis meses de prórroga, un movimiento que para la APTPQ no es un simple ajuste administrativo. En su comunicado, el sindicato advierte que esa decisión “expone a los trabajadores a un escenario de precariedad e imprevisibilidad absolutamente inadmisible”.
Desde la organización gremial remarcan que medio año “no es una solución, sino un parche improvisado”, y que semejante recorte en los plazos profundiza la incertidumbre en un sector donde la planificación logística a largo plazo es la base del funcionamiento.
Con ese escenario, la APTPQ activó su “alerta y movilización”, con el objetivo de que el Consorcio revise la decisión y respete el compromiso adoptado en la mesa de trabajo. El gremio dejó una frase que resonó fuerte en el ámbito portuario: “sin empleador no hay empleados”, un mensaje leído como advertencia y llamado a la administración para evitar maniobras que puedan afectar la estabilidad de la terminal.
La disputa suma un nuevo capítulo a la tensión política y empresarial que rodea al elevador cerealero, pieza central de la economía regional. En las próximas semanas se definirá si el Consorcio retrocede y restablece la prórroga anual o si mantiene el nuevo esquema semestral. Ese desenlace marcará el clima laboral y la relación entre el sindicato y la presidencia del puerto. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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