Distrito K avanza con la privatización de su sistema impositivo

En una decisión que sorprende a propios y extraños, la gestión del intendente Walter Wischnivetzky (Unión por la Patria) avanza con un proyecto para delegar en una empresa privada la gestión completa del sistema impositivo de Mar Chiquita. La medida, que llega a través del expediente 811/25 y su correspondiente pliego de “Gestión de Ingresos Tributarios”, implica que tareas centrales del estado —recaudación, fiscalización, control, determinación de deuda, notificaciones, seguimiento de morosos y hasta inteligencia fiscal— quedarán bajo control de un concesionario.

La maniobra resulta especialmente llamativa porque no proviene de un gobierno liberal ni de una administración alineada con Javier Milei, sino de un municipio gobernado por un dirigente del riñón de Axel Kicillof. La decisión, sin embargo, se parece más a una privatización clásica del mileísmo que a una política pública surgida de un espacio que históricamente defendió el rol del estado en la recaudación y el control tributario.

El pliego, según pudo reconstruir este medio, abre la puerta para que la empresa adjudicataria perciba un porcentaje directo del dinero recaudado, práctica ampliamente cuestionada por auditores y especialistas porque convierte la tributación municipal en un negocio privado. En otras palabras: cuanto más castigue la empresa al contribuyente, más gana.

Qué implica y por qué genera sospechas

El proyecto incluye la cesión de tareas que habitualmente están reservadas a funcionarios públicos: confección de bases de datos tributarias, cruzamiento de información sensible, intimaciones, cálculo de intereses, recategorización de partidas, determinación de saldos, administración de planes de pago y hasta la posibilidad de implementar herramientas tecnológicas de manera unilateral por parte de la firma.

Esto significa que la empresa tendrá acceso total al corazón fiscal del municipio, incluidos datos de patrimonios, propiedades, actividades económicas y volúmenes de pago de miles de vecinos.

Además, el pliego no terminaría de aclarar los mecanismos de control político ni los topes económicos del contrato, lo que abre la puerta a negocios opacos y discrecionales. La experiencia en otros municipios muestra que este tipo de concesiones suele derivar en aumentos encubiertos, multiplicación de intereses, persecución de deudores y, sobre todo, una dependencia total del gobierno local respecto de la empresa adjudicada.

Contradicciones y silencio

La privatización de la recaudación tributaria en la municipalidad de Mar Chiquita pone al intendente Wischnivetzky en un lugar incómodo dentro del universo kirchnerista. Mientras el gobernador Axel Kicillof denuncia el ajuste, el desguace estatal y la delegación de funciones del estado nacional en empresas privadas, su propio intendente local impulsa una medida idéntica a las que suele promover el mileísmo.

Los concejales de la oposición ya hablan de un “vaciamiento del estado local” y de un “negocio montado bajo el radar”. Incluso dentro del oficialismo municipal hay malestar por el hermetismo con el que se movió el expediente y por el apuro para aprobar un sistema que compromete la autonomía tributaria del municipio.

Lo cierto es que el proyecto de privatización del sistema impositivo ya comenzó a tomar forma, y si finalmente se implementa, Mar Chiquita podría convertirse en el primer municipio peronista bonaerense en tercerizar completamente su recaudación, marcando un precedente polémico que incluso genera ruido dentro del propio espacio. (www.REALPOLITIK.com.ar)

¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS