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6 de diciembre de 2025 | Provincia

Axel Kicillof, pintado al óleo

Estalla la interna entre Jorge Ferraresi y Sergio Massa por la caja del Puerto Dock Sud

La avanzada de Sergio Massa para colocar a Mónica Litza al frente del Puerto Dock Sud desató una guerra interna en el peronismo bonaerense -que involucra al ferraresismo, a Magdalena Sierra y al propio Axel Kicillof- en paralelo a su maniobra para sostener el doble cargo de Jimena López en Quequén.

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La pelea por el control del Consorcio de Gestión Puerto Dock Sud encendió una fuerte interna dentro del peronismo bonaerense y amenaza con desatar un conflicto mayor entre el massismo, el ferraresismo y el propio gobernador Axel Kicillof. Es que, según pudo saber REALPOLITIK, Sergio Massa habría acordado con el mandatario provincial la designación de la diputada nacional Mónica Litza, cuya mandato vence este año, al frente del organismo, una jugada que cayó como una bomba en Avellaneda.

El intendente Jorge Ferraresi y, sobre todo, su esposa Magdalena Sierra —ex diputada y figura clave del oficialismo local— interpretan la maniobra como un intento de otorgarle una poderosa “caja política” a Litza con vistas a disputar el municipio en 2027, un escenario que preocupa especialmente a Sierra, quien se proyecta como heredera natural del proyecto famialiar en Avellaneda, dado que Ferraresi no puede volver a reelegir.


Puerto Dock Sud.

Pero la interna se profundiza por otro dato que en el distrito ya nadie oculta: Sierra no despega en las encuestas, tiene mala llegada con la militancia y es señalada por amplios sectores como “una arribista”, lo que debilita su aspiración sucesoria.

El desplazamiento de Carla Monrabal, el primer síntoma

La tensión venía creciendo desde hace semanas, pero terminó de explotar cuando obligaron a renunciar a la presidenta del Puerto Dock Sud, Carla Monrabal, una dirigente cercana al ferraresismo.

Para Ferraresi, esa salida fue la señal definitiva de que el massismo avanzaba sobre el enclave estratégico de Avellaneda, algo que no está dispuesto a tolerar y que ya generó un serio cortocircuito dentro del propio kicillofismo.

A este cuadro se suma otro elemento que reaviva la tensión: Ferraresi imaginaba ser el elegido para suceder a Gabriel Katopodis en el ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la propuesta nunca llegó y hoy su nombre no figura entre las alternativas inmediatas del gobernador.

Quienes siguen de cerca la interna aseguran que Ferraresi continúa convencido de que es el “sucesor natural” de Kicillof en una hipotética carrera hacia 2027, pero enfrenta un problema estructural: no tiene buena relación con el resto de los intendentes.


Jorge Ferraresi y Magdalena Sierra buscan extender su proyecto familiar.

Muchos de ellos recuerdan que, durante su paso por el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, Ferraresi distribuyó recursos casi obsesivamente para Avellaneda, dejando al resto de los municipios en segundo plano. Un recuerdo que hoy le juega abiertamente en contra.

Massa y los puertos

La mano de Massa en los esquemas portuarios no es para nada nuevo. Días atrás, este medio dio a conocer la negociación que el excandidato a presidente sostiene simultáneamente con Axel Kicillof, La Cámpora, Javier Milei y Martín Menem para garantizar que Jimena López —diputada nacional electa por Fuerza Patria y presidenta del Puerto de Quequén— asuma su banca sin soltar la caja portuaria.

La maniobra, que roza lo legal y se sostiene sobre un entramado político milimétrico, busca preservar el control de una de las terminales más poderosas del país. Mientras tanto, López acumula cargos y tensiones: controla la presidencia y la gerencia general del puerto, desplazó al hombre del intendente Arturo Rojas, y maneja Quequén con discrecionalidad mientras la concesión está vencida desde 2022, sin pliegos, sin licitación y al borde de una cuarta prórroga consecutiva.


Puerto Quequén, Necochea.

Para Massa, Quequén es un enclave financiero irrenunciable; para Kicillof, sostener a López es clave para no romper con el Frente Renovador; y para Menem y el gobierno de Milei, habilitar su doble cargo garantiza una futura negociación parlamentaria.

Entre crisis administrativa, poder acumulado y sospechas de manejo opaco, la pregunta que flota es si una funcionaria puede dirigir una de las cajas más sensibles del país mientras legisla a nivel nacional. En la práctica política, la respuesta parece afirmativa; en la legalidad, nadie parece dispuesto a discutirlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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