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La frase, soltada con la calma de quien carga décadas de territorio, sonó como una advertencia y, a la vez, como una hoja de ruta.
El histórico dirigente paceño Mario Ishii juró como senador de la provincia de Buenos Aires y volvió a marcar la cancha con una definición que sintetiza su mirada sobre el presente: “Hay que reconciliar a la política y las instituciones con la sociedad”. La frase, soltada con la calma de quien carga décadas de territorio, sonó como una advertencia y, a la vez, como una hoja de ruta.
La ceremonia estuvo encabezada por la vicegobernadora Verónica Magario, en un recinto colmado por los legisladores electos que asumirán sus bancas hasta 2029. Con esta nueva conformación, el peronismo obtiene mayoría propia en el Senado bonaerense, un detalle que reconfigura la dinámica parlamentaria y reduce dependencias con la oposición.
El camino del ahora senador es conocido, pero cada repaso sorprende por su volumen. Ishii es dueño de una trayectoria que combina nueve mandatos consecutivos y 43 triunfos electorales sin interrupción, una rareza estadística en la política argentina. Su nombre quedó ligado de manera indeleble a la refundación de José C. Paz, municipio que transformó desde cero hasta convertirlo en un caso de estudio internacional.
No se ganó el apodo de “intendente de las Obras” por casualidad. Las Siete Maravillas de José C. Paz, o los siete hospitales construidos con fondos y mano de obra municipal, se convirtieron en su marca registrada. En la última década, esos complejos hospitalarios no solo cambiaron la infraestructura local: cambiaron la vida cotidiana del distrito y lo pusieron en el radar mundial.
A ese músculo de gestión le sumó una obsesión por la educación. Fue artífice de la UNPAZ y motor de la Facultad Tecnológica de Ciencias, Innovación y Robótica, que abrirá sus puertas en breve. Su rol trascendió fronteras: UNESCO lo designó vicepresidente para América Latina del programa Ciudades del Aprendizaje, reconocimiento que lo llevó a actuar como puente entre experiencias educativas de América, Europa, África y Asia.

En materia internacional, Ishii fue uno de los primeros intendentes en empujar el retorno de Argentina a los BRICS y defender la adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que definió como “un plan de modernización chino que potencia a la Argentina”. Sus vínculos con Beijing nutrieron intercambios tecnológicos y culturales que situaron a José C. Paz en un diálogo directo con el gigante asiático. Para sus colaboradores, esa agenda global es “una postal del futuro”.
Tras jurar, el flamante senador dejó un mensaje que sonó a declaración de principios: “Un proyecto nacional tiene que sumar, no dividir; avanzar, no retroceder”. Quizás ahí esté la llave de su invicto electoral. Quizás también sea la explicación de su permanencia como figura de consulta dentro del peronismo.
Su relación con Néstor Kirchner marcó su trayectoria. Lo definió siempre con una frase sencilla y contundente: “Yo tuve un solo jefe en la vida. Se llamó Néstor Kirchner”. Esa lealtad silenciosa, sin gestos grandilocuentes, se volvió parte de su identidad política.
Cada paso de Mario Ishii —como intendente, como referente del PJ y ahora como senador— deja una marca. Y para quien lo sigue de cerca, su fórmula ante la adversidad sigue siendo la misma: inteligencia, pecho y coraje. La política bonaerense lo conoce bien; ahora, desde la banca, promete seguir jugando fuerte. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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