Marcelo Daletto: "Si no hay inversión en obra pública, la provincia se cae a pedazos"

“A mí me gusta decir: dime cómo gastas y te diré cómo gobiernas”, inició Marcelo Daletto. “Si vos en tu casa no destinás nada al mantenimiento, en cinco o seis años empiezan los problemas. Lo mismo pasa con una provincia. Tenés que equilibrar el gasto corriente con el gasto de capital, porque si no hay inversión en obra pública, la infraestructura se deteriora”.

El exsenador explicó que ese equilibrio se volvió cada vez más difícil en la provincia de Buenos Aires. “Teníamos gobernadores que llegaron a invertir hasta el 18 por ciento del presupuesto en gasto de capital. La provincia supo estar entre las mejores del país. Pero en las últimas gestiones hemos caído al 6 o 7 por ciento, con picos mínimos de 3 o 4. Cuando eso pasa, la provincia se cae”, remarcó.

En este análisis surgió también la estructura salarial bonaerense: “Hoy hay 700 mil empleados, de los cuales 400 mil son docentes. Cuando se incorporan tantos trabajadores, el gasto corriente crece y queda menos margen para invertir”.

Respecto de la coparticipación, Daletto fue categórico: “La provincia aporta casi el 40 por ciento de los impuestos nacionales y solo recibe el 21,2. Hasta 1988 recibía el 28. El objetivo siempre debe ser recuperar esos 8 puntos”. En ese contexto, destacó el papel histórico del Fondo del Conurbano impulsado por Eduardo Duhalde y luego actualizado durante la gestión de María Eugenia Vidal. “Hoy la provincia recibe por esa actualización más de lo que gasta en obra pública. Sin eso, directamente no podría hacer obras”, afirmó.

Uno de los casos emblemáticos del rezago en infraestructura es el plan Maestro del Salado. “Es una obra fundamental. Viene avanzando desde hace veinticinco años, pero hoy está paralizada porque el gobierno nacional detuvo la financiación del fondo hídrico. Y falta muy poco para completar el tramo entre Roque Pérez y Bragado, que es clave para evitar inundaciones en toda la zona”, advirtió. “A veces no es tan difícil: si no hay plata, la obra no funciona”.

Daletto también comparó la situación provincial con ejemplos municipales: “En La Plata, el intendente ajusta gastos corrientes y destina el 36 por ciento a obra pública. Cuando se gestiona así, se pueden hacer luminarias, pavimentos, mejoras. Para eso hace falta inversión”.

Sobre la reciente ley de Financiamiento, fue crítico del manejo político del oficialismo pero celebró que finalmente se haya alcanzado una norma clave. “El gobierno provincial se llevó política 1 y 2 a marzo y los volvieron a bochar. Pero desde 1983 la oposición siempre tuvo espacios en organismos de control, es algo normal. El bochazo se lo come el oficialismo”, sostuvo.

Aun así, valoró que, después de dos años sin presupuesto, la provincia cuente con leyes fiscal y presupuestaria. “La ley fiscal baja la patente en términos reales y no aumenta ingresos brutos. Y el presupuesto ordena cómo entra y cómo sale el dinero. Axel Kicillof y Javier Milei son los primeros economistas en gobernar sus estados, pero gobernaron dos años sin presupuesto. Era fundamental aprobarlo”.

Finalmente, se refirió al endeudamiento: “Existe la deuda buena y la deuda mala. La buena es la que financia obras. Cuando el estado puede tomar crédito más barato para cancelar deuda más cara o para hacer infraestructura, es racional. La autorización que se dio es equivalente a los vencimientos de capital que tiene la provincia para 2025 y 2026. Y eso es razonable”.

Daletto concluyó con una advertencia y un reconocimiento: “El primer mandato de Kicillof fue un desastre en gasto corriente, metió más de 100 mil empleados. Hoy podríamos tener un gasto de capital enorme si eso se hubiese ordenado. Pero este segundo mandato está más alineado a lo que la sociedad reclama: austeridad y racionalidad. Por eso hoy no estamos pagando sueldos con patacones”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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