“Fue aprobado a última hora y todavía no está claro el punto central: no se votó el equilibrio fiscal, que es la base de todo el modelo económico”, señaló Julio Irurueta, quien remarcó que uno de los capítulos incorporados contempla partidas para universidades, jubilados y personas con discapacidad, pero sin especificar su financiamiento.
En ese sentido, explicó: “En cualquier economía doméstica, si gastás más de lo que te entra, tenés planificado cómo lo vas a cubrir. Acá no se dice de dónde sale la plata. Implícitamente te están obligando a emitir deuda, emitir dinero o redistribuir partidas, lo cual no tiene mucho sentido si ya te aprobaron un presupuesto determinado”.
El economista también cuestionó la idea de cubrir esos gastos con reasignaciones menores: “Sacarle a partidas como a la Secretaría de Inteligencia de Estado no alcanza para nada. Todo el presupuesto anual de la SIDE es medio mes de estas asignaciones”, ejemplificó. No obstante, sostuvo que una mejor administración y auditorías, como ocurrió en algunos organismos y hospitales, podrían generar excedentes: “Cuando ordenás las cuentas y dejás de gastar mal, aparece el superávit y ahí sí se puede redistribuir”.
Respecto a las proyecciones macroeconómicas, Irurueta se refirió al 10 por ciento de inflación estimado para 2026 y consideró que es un número “polémico”, aunque no imposible. “Si se mantiene el freno a la emisión monetaria y funcionan las tres anclas del programa, la inflación podría bajar incluso a niveles cercanos a cero hacia mitad de año. Pero si se emite para financiar el déficit que plantea el presupuesto, ese número no se va a cumplir”, advirtió.
Sobre el tipo de cambio proyectado en torno a los 1.423 pesos, explicó que se trata de una referencia basada en estimaciones de oferta y demanda de dólares. “Se proyectan exportaciones récord de trigo, soja, energía y minería. Eso genera una entrada de divisas que, comparada con la demanda por importaciones, turismo y pago de deuda, da un valor estimado”, detalló. Además, defendió el esquema de bandas cambiarias como una herramienta de previsibilidad: “En un país con tanta historia de volatilidad, la banda te da un techo y permite planificar inversiones”.
Irurueta también se refirió al traslado del dólar a los precios y descartó que sea automático: “Que suba un bien importado es lógico, pero que suba la leche porque sube el dólar es pura especulación. El componente dólar en la leche es mínimo”. En ese marco, consideró que hoy la sociedad no convalida aumentos injustificados: “Sin emisión ni aumentos de ingresos que avalen esas subas, la gente no compra y el comerciante tiene que bajar el precio”.
Finalmente, analizó la supuesta fragilidad del programa económico y su dependencia de Estados Unidos. “Venimos de décadas de defaults, confiscaciones y crisis que dejaron una marca muy profunda. El riesgo no es ideológico, es histórico”, afirmó. Sin embargo, destacó que Argentina comenzó a recuperar acceso al crédito internacional: “Se volvió a salir a los mercados, aunque a una tasa más alta de la deseada. Eso muestra que lentamente vuelve la confianza”.
“Lo malo pasa cuando se hacen las cosas mal. Hoy Argentina está haciendo los deberes, pero el gran desafío es que el Congreso de la Nación Argentina acompañe el programa económico y no apruebe leyes que lo contradigan”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)