“Nosotros titulamos el último informe de la encuesta como el estado estorbo, porque la sociedad siente que hoy el estado es un obstáculo. Venimos de una historia reciente de un estado omnipotente, que pretendía resolver todo, y evidentemente para la gente eso no dio resultados”, señaló Aníbal Urios. En ese sentido, sostuvo que ese desencanto empujó a buscar alternativas políticas distintas, primero con el macrismo y luego con la irrupción de Javier Milei, quien logró canalizar una demanda social por cambios estructurales profundos.
El director de DC Consultores consideró que el actual presidente “supo leer muy bien ese viento de cola” y entender la sensibilidad social frente al hartazgo con la clase política tradicional. “La gente está empujando y el presidente va tomando decisiones que coinciden con ese camino. Tiene muy claro qué teclas tocar y cuáles no”, afirmó.
Consultado sobre la tolerancia social al ajuste, Urios fue categórico: “El único enemigo que hoy tiene el presidente es el tiempo”. Según explicó, el respaldo al gobierno se sostiene mientras las expectativas superen a la realidad económica. “Mientras la expectativa esté por encima de la realidad, va a andar bien. Cuando eso se empiece a equilibrar, ahí se van a discutir otras cuestiones”, advirtió, y remarcó que la sociedad busca resultados rápidos ante una situación económica prolongadamente crítica.
Entre las reformas consideradas más urgentes, destacó la laboral. “No hace falta ni hacer una encuesta: hablás con trabajadores y con quienes tienen un negocio y todos coinciden en que el sistema laboral es viejo y no se adapta a la dinámica actual del trabajo”, explicó. En ese marco, mencionó problemas como la falta de regulación de nuevas actividades, el miedo a los juicios laborales, las cargas sociales y la burocracia estatal que desalienta el empleo formal y el emprendedurismo. “Hoy tenés más trabas del estado que ayuda para poner un negocio”, sintetizó.
Respecto a la oposición a la reforma laboral, sostuvo que es mayormente ideológica y desconectada de la realidad social. “Hay una porción cada vez más grande de la sociedad que no se siente representada por nadie y fluctúa su voto. Aferrarse solo a una identidad ideológica ya no alcanza”, afirmó. En esa línea, remarcó el deterioro de la imagen sindical: “Casi el 90 por ciento de la gente dice que los sindicatos no representan a los trabajadores, sino a sus propios intereses”.
Urios también subrayó la fuerte demanda por una reforma impositiva. “La gente siente que paga impuestos por todo y no ve que eso se traduzca en mejores servicios de educación, salud o seguridad. Se preguntan qué hace el estado con su plata”, explicó. A esto se suma la cuestión de la inseguridad, donde detectó una mirada social “mucho más firme y punitivista”, basada en la idea de que “el que las hace, las paga”, con pedidos de penas más severas, reincidencia, más cárceles y la baja de la edad de imputabilidad.
En cuanto al presente económico, el consultor describió un clima de transición: “La gente siente que este año fue de acomodamiento, que no fue bueno en términos personales, pero mantiene altas expectativas para 2026”. Según Urios, el apoyo al gobierno sigue anclado más en la expectativa que en la realidad, aunque aclaró que esa paciencia social está condicionada a que los resultados empiecen a llegar al bolsillo.
Finalmente, sostuvo que hoy “la agenda la marca la gente y no los políticos”, y advirtió que buena parte de la dirigencia todavía no comprende ese cambio de lógica. “La sociedad ya no quiere relatos ni mirar para atrás: quiere propuestas concretas para que la Argentina empiece a funcionar”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)