“Somos el grupo Muñeco del Tanque y llevamos 28 años haciendo muñecos. Arrancamos en 1998 en Villa Elvira, en el barrio del tanque de agua, y siempre fue un trabajo a pulmón”, recordó Rodrigo Ahumada, al repasar los orígenes de una tradición que supo reunir cientos de muñecos en los distintos barrios de La Plata.
En ese sentido, explicó que los cambios en las normativas municipales obligaron al grupo a trasladarse en reiteradas oportunidades: “Por distintas regulaciones fuimos saliendo del casco urbano. Estuvimos en la Rambla de 72, después en 54 y 31, y hoy estamos en 31 y 40. Cada vez nos cuesta más sostenerlo”.
Uno de los puntos más críticos de este año fue el conflicto con el suministro eléctrico. “Tuvimos muchas trabas, especialmente con este muñeco. Nos cortaron las dos líneas de electricidad que teníamos y eso nos complicó muchísimo porque usamos herramientas eléctricas para construirlo. Recién lo pudimos terminar ayer”, relató. Ante esa situación, el grupo debió alquilar un generador, costeado íntegramente por ellos: “Todo sale de nuestro bolsillo: matafuegos, ambulancia, baños químicos. Nadie nos ayuda”.
Ahumada también se refirió a las denuncias de algunos vecinos por el ruido y la música: “Nosotros hacemos un espectáculo cultural con cinco o seis noches de bandas platenses. Hay folklore, rock, cumbia. Es una manera de fomentar la cultura local y darles un espacio a músicos de la ciudad, pero a veces eso genera denuncias y más obstáculos”.
Pese a las dificultades, destacó el impacto positivo que genera el evento: “Viene gente de todos lados: Mar del Plata, Avellaneda, Quilmes. Se quedan asombrados. Esto es único en Argentina, es bien platense, y no se dimensiona el movimiento cultural y turístico que genera”.
Sobre la elección de Avatar como temática central, explicó: “Siempre hacemos personajes de películas. Hace dos años que veníamos pensando en Avatar porque visualmente impacta mucho, por los colores y la historia. Además, transmite un mensaje ligado a la naturaleza, a las guerras, algo muy actual en tiempos difíciles, no solo para Argentina sino para el mundo”.
La puesta incluye personajes con movimiento, luces, fuego y una narrativa audiovisual que culmina en la tradicional quema del muñeco, prevista para las 3 de la mañana del 31 de diciembre. “La gente estaba ansiosa por ver el show de luces y movimiento, que es algo característico nuestro. Queremos que vengan en paz, en familia, y que todo salga bien”, remarcó.
Finalmente, Ahumada expresó su preocupación por el futuro de la tradición: “Hace 20 años había alrededor de 300 muñecos en La Plata y hoy hay apenas 22 inscriptos. Algo pasó. Si no hay una revisión y un acompañamiento real del municipio, esta fiesta se va a perder. Y sería una lástima, porque es nuestra, es bien platense”. (www.REALPOLITIK.com.ar)