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21 de mayo de 2017 | Historia

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Ayacucho: Pasión por la tradición

El partido de Ayacucho fue creado por ley el 19 de junio de 1865. Su nombre homenajea la batalla de Ayacucho, librada en suelo peruano el 9 de diciembre de 1824 y determinante para la independencia americana, destacando en ella muchos patriotas argentinos como el general Juan Galo Lavalle.

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por:
Sabino Mostaccio

El partido de Ayacucho fue creado por ley el 19 de junio de 1865. Su nombre homenajea la batalla de Ayacucho, librada en suelo peruano el 9 de diciembre de 1824 y determinante para la independencia americana, destacando en ella muchos patriotas argentinos como el general Juan Galo Lavalle.

Ubicado en la zona del arroyo Tandilofu, en el centro de la provincia, Ayacucho estaba bajo control criollo desde la década de 1820 tras la campaña de Martín Rodríguez que derivó en la fundación de la vecina Tandil, pero los malones indígenas y la inestabilidad política del país impidieron consolidar la presencia nacional en la comarca.

Las primeras autoridades del partido fueron los jueces de paz de la vecina Arenales, del cual dependió en un comienzo. José Zoilo Miguens, destacado estanciero de la zona, tiene el honor de ser el fundador de la moderna Ayacucho, cuyos planos y trazado se aprobaron el 22 de junio de 1866. Impulsó la colonización y la actividad agropecuaria y fue, además, amigo del poeta José Hernández, lo que le llevó a defender la figura del gaucho y las tradiciones criollas, siendo desde entonces Ayacucho baluarte de la argentinidad, honor compartido con algunas otras ciudades del país.

Ya desde 1867 el pueblo contó con parroquia propia para asistencia espiritual de los nuevos pobladores y se fundaron ese mismo años dos flamantes escuelas. Se alambraron los campos vecinos, y se promovió la llegada del ferrocarril que en 1882 alcanzó al pueblo. Se instalaron molinos y pequeñas industrias a fines del siglo XIX. Desde 1903 se contó con energía eléctrica y desde 1913, con telefonía. En 1934, en reconocimiento a su pujanza, se declaró ciudad a Ayacucho y en 1936 comienza a celebrarse la tradicional “Fiesta del ternero”, que año tras año reúne a muchos visitantes del país, como muestra de la pujanza de su ganadería.

Esperamos que Ayacucho y su pueblo sigan contribuyendo al crecimiento del país y la provincia, y continúen regando la semilla de nuestras tradiciones, como lo vienen haciendo desde hace generaciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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