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8 de septiembre de 2017 | Provincia

Panorama REALPOLITIK

Parece joda pero no: Bullrich publicitó un timbreo falso y le metieron una multa por mal estacionamiento

La campaña política de Esteban Bullrich parece sacada de Esperando la Carroza, el clásico argentino de 1985. El derrotero de furcios que cometió desde el mismo día en que comenzó la campaña de cara a las PASO, difícilmente tenga un precedente en la historia política argentina.

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La campaña política de Esteban Bullrich parece sacada de Esperando la Carroza, el clásico argentino de 1985. El derrotero de furcios que cometió desde el mismo día en que comenzó la campaña de cara a las PASO, difícilmente tenga un precedente en la historia política argentina. Cometió tantos, que María Eugenia Vidal, hacedora del sorpresivo “empate técnico” del ministro cuando nadie esperaba tan buenos resultados, tuvo que tomar el micrófono y cerrar la campaña por miedo a que diga otra barbaridad.

Anécdotas hilarantes hay para elegir a gusto del lector. Desde citar a Ana Frank omitiendo al régimen de Adolf Hitler, comparar a la universidad de Río Negro con la Campaña del Desierto, felicitar a Osvaldo Cáffaro, intendente de un Zárate en emergencia laboral, por la mejora en el empleo y la producción, hasta celebrar que “todos los días haya un pibe preso”.

En el contexto de este derrotero de relatos desafortunados se inscribe la última de sus historias. El ex ministro y candidato a senador visitó a Ana María Giannattasio, candidata de Cambiemos en Ensenada, en su domicilio particular. Como si de Antonio Musicardi se tratara, aquel entrañable chanta argentino encarnado magistralmente por Luis Brandoni, Bullrich no tuvo mejor idea que pedirle a uno de los asistentes que le saque una fotografía y la publicite como un timbreo. No tardaron en llegar los retos y las cargadas de propios y extraños, que identificaron el domicilio de la candidata y dejaron en evidencia la jugarreta.

Pero la historia no termina ahí. Mientras Bullrich, siguiendo las indicaciones de su improvisado fotógrafo, miraba a su interlocutora y simulaba mantener una conversación para la cámara, una patrulla de Control Urbano divisó su vehículo estacionado en contramano y le labró la multa correspondiente. El candidato aflojó la pose y corrió a enfrentarse con los inspectores, pero era demasiado tarde, el auto ya exhibía la colorida calcomanía.

Una escena digna de ser dirigida por Alejandro Doria. Sólo faltaban los dos personajes enfrente, observándolo todo desde un ostentoso vehículo, exclamando: “Ahí lo tenés al pelotudo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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