El pintoresco López Mesa, a un paso de despedirse de la Asesoría General

Como denunciáramos en este mismo medio, la Asesoría General de Gobierno  atraviesa por estos tiempos una lamentable administración nunca vista en su larga historia de juristas y funcionarios.

La película bizarra y tragicómica de la conducción del organismo  en manos de Marcelo López Mesa lleva a su protagonista compuesto de un cóctel explosivo integrado de (señora, anote la receta y que los chicos no lo practiquen): 300 gramos del emperador coreano Kim Jong Un, 150 gramos de Jorge Porcel (h),  500 gramos de Alberto Olmedo en el sketch del dictador de Costa Pobre, Peter Sellers en Desde el Jardín y la Fiesta Inolvidable. A lo que le falte para completar la receta, póngale a Torrente y dos gotitas del Charro Santana ya sin bigotes, eso da como producto perfecto al actual asesor de Gobierno. No poner a Cantinflas porque ya va a caer muy pesado.

Tal es así que “vuestra excelencia la gobernadora” (tal como le gusta llamarla a López Mesa), está maldiciendo porque le metieron al enemigo en su gabinete. Un personaje que no puede traccionar ni dos votos, y que además es un salvavidas de plomo.  

Por esa razón prohibió que este hombre “oscuro, delirante y limitado” -tal como lo considera-, ingrese a las reuniones de Gabinete. Sólo dos participaciones en ella sirvieron para que en acuerdo general de ministros se burlasen de él.

López Mesa de todas maneras sigue su perverso juego; primero jubilando y sacando de cargos a quien pudiera hacerle sombra o contradecir alguna arbitraria orden. Después, descendiendo y trasladando personal de carrera con conocimiento y experiencia en el organismo. En su lugar y, saltando toda la carrera administrativa, poniendo  gente incapaz y genuflexa que en tiempos normales jamás hubiesen accedido a tan valiosos cargos.  A López Mesa le encanta que sus súbditos leales hagan carrera como supo hacerlo López Rega (de cabo a comisario general y ministro en sólo tres días). En muchos casos ascendió gente de simple relator a subsecretario en apenas treinta días. Carreras maratónica si las hay. Y todo eso sin importar la idoneidad, experiencia o conocimiento. Ser lopezmesista, como le gusta señalar, es la “condictio sine qua non”.

Y EN ESTE JUEGO NO FALTAN LAS REINAS…

Como un latin lover tercermundista, en el juego del ajedrez y el reino de López Mesa no puede faltar la reina y justamente acá no venía muy bien. Comenzó con la búsqueda de la presa, y como un cazador en el zoológico apuntó a lo que tenía más cerca; en estado beodo solía mandar mensajes a las 3.00 de la mañana diciendo: “Cuando quieras buen champagne ya sabes qué tenés que hacer”. Lopecito, consciente de que la pinta con él no va, nunca vino, ni va a venir, trató de serenar sus celos y abruptamente rajó a todo tipo, lindo, feo, grande, chico, flaco o gordo que pase cerca de su potencial presa. Así y todo siguió sin éxitos; no hubo champagne, ni cerco perimetral que le permitiera agarrar algo. Entonces y como “lo que natura non da salamanca non presta”, hubo  de acudir a profesionalismo. Eso sí que está bien, nada mejor que profesionalismo en un oganismo técnico. No, no… Espere lector, no se confunda, acudió y nombró a bellas femmes del alto Paraguay, y con el título de la profesión más antigua, que hoy cobra de un contrato que paga el contribuyente.

La muchacha que ingresó en contraprestación por un favor político, obsesionó a Lopecito y sus bufones ya no lo pueden contener.

Y EL FINAL DE LA SÁTIRA

El amable lector podría pensar que esto no es cierto y que bizarramente es sólo ciencia ficción; que en un tiempo podrá ver más capítulos por Netflix. Pues no, es la cruda realidad y sin exageración; pero las buenas historias terminan y ésta también (para tristeza de los lectores y para la alegría de los empleados de AGG). 

Es un hecho que la gobernadora tiene decidido terminar con este sujeto, sin que ni siquiera pueda soñar con ir a la Corte como alguna vez pensó. Igual a ese fin y como quien da manotazos de ahogado, sigue agasajando con cenas a funcionarios de tercera línea.

La gobernadora lo tiene decidido, ya encargó a su círculo íntimo la búsqueda de un reemplazante, y es casi seguro que sería una mujer para cumplir el cupo dentro del gabinete.

Mientras tanto ya nada será igual en la Asesoría, Lopecito marcó un antes y un después; seguramente en la placa de bronce, donde se consignan los nombres de los titulares del organismo preconstitucional, en el hall de ingreso de calle 9, se leerá como con los testamentos bíblicos la sigla AdLM y DdLM. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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