Puerto Quequén: Acusan a la secretaria de Arturo Rojas de espiar, perseguir y extorsionar trabajadores

Si algo faltaba a las denuncias de traición y corrupción contra el presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Arturo Rojas, era que los empleados se quejen de que su secretaria privada, Marcela Gandur, apriete a los trabajadores y a sus familias.

El perro guardián del presidente, tal como conocen a Gandur en el puerto, con el secundario completo a duras penas, sin capacitación ni formación profesional que la habilite para el puesto que ocupa, fue beneficiada con un nombramiento escandaloso junto a un selecto grupo de amigos personales de Rojas y militantes de la asociación civil Compromiso y Dignidad, trampolín político de Rojas, mediante el que se crearon cargos jerárquicos con sueldos superiores a los 100 mil pesos.

Los otros nuevos ricos son José Antonio Serra, ex jefe de prensa del Partido Fe; Pablo Aued, presidente del Concejo Deliberante; Artemio Zufriategui, yerno de Gerónimo Venegas; Juan Arcuri, cuyo único mérito es ser amigo de Rojas. Cada uno de estos personajes ingresó para ocupar puestos claves por encima del personal de carrera y así controlar e informar los pasos de directores y gerentes.

DAME LIKE

Las redes sociales siempre fueron un desvelo para el presidente del CGPQ; desde sus épocas de concejal mandaba a su ladera a espiar e informar el movimiento en las redes de empleados del Concejo Deliberante y militantes del Partido Fe, que eran debidamente ajusticiados si compartían "likes" o publicaciones con periodistas u opositores a las simpatías de Rojas.

Los aprietes de Marcela Gandur no se circunscriben a los empleados, más de uno recibió mensajes para sus familiares. “Decile a tu mujer que deje de publicar en contra de Arturo”, fue la amonestación que recibió un trabajador, otros denuncian situaciones más graves y extremas como el hackeo de sus cuentas.

Tal fue el caso de una trabajadora que desempeñaba sus funciones bajo las órdenes directas de Gandur que encontró conversaciones privadas de su chat de Facebook impresas sobre el escritorio de la mano ejecutora de las órdenes presidenciales. La mujer que llevaba meses soportando el acoso de la secretaria, sufrió una descompensación y hoy está imposibilitada de trabajar con uso de licencia psiquiátrica.

El espionaje a trabajadores, gerentes e incluso a la presidencia son casi un deporte en Puerto Quequén, al punto de que un ex presidente colocó en la puerta de su despacho una mirilla “al revés” para que se pueda mirar de afuera hacia adentro a modo de irónico mensaje para los espías, pero nunca antes esa información se utilizó para presionar, perseguir y amedrentar como lo hace Marcela Gandur.

LA EXTORSIÓN DE LA CAJA CHICA

La secretaria de Rojas ha creado dentro de Puerto Quequén un pequeño reino de terror que incluye la extorsión económica. Maneja además de la liquidación de pagos a proveedores y medios de comunicación, la millonaria caja chica del CGPQ para gastos comunes de directores y personal jerárquico, que utiliza a discreción para premiar o disciplinar voluntades.

Los operadores portuarios, los que traen las inversiones a Puerto Quequén, tampoco están libres del acoso de la señora. De acuerdo a su humor o a las simpatías que despierten en ella serán recibidos por el presidente a la brevedad o bien se “comerán una amansadora” de horas esperando en los pasillos. Más de uno perdió la paciencia y se llevó los dólares a otros puertos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

SI TE GUSTA
LO QUE
HACEMOS

Ayudanos a seguir haciendo
periodismo con la mayor
independencia y objetividad
posible.

COLABORÁ A PARTIR DE $500

COMENTÁ / VER COMENTARIOS