Carlos Fantini, decano de la UTN: “No quisiera que los ingenieros salgan a manejar taxis”

El decano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) regional La Plata visitó la redacción de REALPOLITIK en el marco de la inauguración de un nuevo departamento de ingeniería química, en 60 y 124, que se realizará este viernes a las 19:00. Carlos Fantini se refirió además al presupuesto destinado a las universidades y la situación actual de las carreras de Ingeniería. “El temor grande es cuando se abre la importación” advirtió. 

A continuación, la entrevista completa.

RP.- Cuéntenos sobre la inauguración del edificio de la UTN que se realizará este viernes.  

Desde hace mucho tiempo venimos haciendo obras permanentemente. Esas obras que hacemos, yo diría que en un 98 por ciento de las veces, son con recursos propios. Es decir, con recursos que generamos a través de transferencias a empresas o a los gobiernos nacional, provincial o municipal. Son obras que manejamos y financiamos nosotros.

Últimamente hemos hecho muchas obras y no hemos inaugurado prácticamente ninguna. Tenemos muchas hechas. Ahora se dio esta oportunidad, donde vamos a poner en funcionamiento un departamento especial de ingeniería química muy grande: con muchos laboratorios, grandes aulas y anfiteatros. Son como 2.500 metros.

La verdad que la empresa que ganó en su momento la licitación lo ha hecho muy bien. Dicho sea de paso, tenemos un grupo de no docentes y son bárbaros: ahora estamos haciendo todo con ellos. No la obra, pero las coordinaciones, la limpieza, emprolijar cosas que no están todavía bien. Como vimos esta oportunidad, fijamos hace unos veinte días el 25 de noviembre. 

RP.- ¿Cómo se constituye el nuevo edificio?

Son cuatro las inauguraciones: En principio y aunque parezca simple, vamos a inaugurar un pasillo. El pasillo tiene por lo menos 150 metros de largo y 4 de ancho, y es muy importante porque vincula a varios departamentos. Al departamento de ingeniería en sistemas de información; el departamento de química; un departamento de mecánica y el resto de la facultad va a quedar perfectamente vinculada internamente. Es una obra yo diría casi tan importante como el propio departamento.

Por otra parte, nosotros tenemos una muy linda biblioteca y aprovechando esta obra la remodelamos, la hicimos prácticamente nueva, así que también tenemos una biblioteca con muchos volúmenes para poder inaugurar. 

Después tenemos una salón de actos para alrededor de 270 personas que fue totalmente remodelado y también lo vamos a inaugurar. Con lo cual son cuatro inauguraciones. Nos pusimos a trabajar un grupo de personas, entre ellos muchos no docentes.

RP.- ¿Por qué la inauguración ahora? La UNLP venía inaugurando muchos edificios últimamente...

La UNLP es una universidad, nosotros somos una partecita de otra universidad. Tenemos 29 unidades académicas y una de ellas es la regional La Plata. Con filosofías diferentes pero fundamentalmente con una distribución federal que no la tiene otra universidad. 

Nosotros tenemos dos características: nos dedicamos a la ingeniería -otras universidades se dedican también a otras ramas- y además somos la única que es federal. La UNLP es una de las principales universidades del país y Latinoamérica. Por ahí desde el punto de vista presupuestario es igual que nosotros, con alrededor de 3.500 millones de pesos anuales.

Pero claro, está toda en un mismo lugar; además está ordenada, bien dirigida. Yo soy egresado de la UNLP y no hace mucho egresé de la UTN, porque era como algo que me faltaba; hice una especialización. La conozco de adentro a la UNLP, he conocido a todos los presidentes y tengo una óptima relación con Perdomo y con Tauber.

Pero vuelvo a decir: es una universidad, nosotros somos una regional. Ellos tienen diecisiete facultades y nosotros veintinueve, pero distribuidas a lo largo y a lo ancho del país.

RP.- Hace poco tiempo la UTN regional Avellaneda se declaró en emergencia económico-financiera...

Los presupuestos, como en la UNLP, en realidad no alcanzan. Porque a pesar de que es un montón de plata, casi todo se va en sueldos de docentes y no docentes; queda muy poca plata -que seguramente no alcanza, como pasó en Avellaneda- para financiar otros gastos. La universidad es como una casa, tenés gastos de agua, luz, teléfono, internet, gas. Todo eso que ahora lamentablemente está por la estratósfera. Todo eso lo padecemos las universidades.

En su momento Avellaneda tuvo un bajón de presupuesto y, bueno, por eso se declaró en emergencia. De cualquier manera nosotros tenemos un sistema de reparto de presupuesto que viene de muchos años. La plata que mandan, a valores históricos, es la misma. En las reuniones de consejo superior, cuando distribuimos el presupuesto, no nos peleamos entre decanos; sí discutimos cuánto va para ciencia y técnica u otros ítems. 

En el caso particular de La Plata nosotros tenemos un presupuesto adecuado, con el cual nos podemos desarrollar desde el punto de vista académico, de investigación. Y tenemos algunas falencias con el tema de los servicios en general. Estas obras, que son muy buenas y por las que estamos muy contentos, requieren más personal. 

Tal es así que el 9 de diciembre, antes de la asunción del nuevo presidente, incorporamos diecisiete nuevos agentes no docentes. Todos por concurso.

Todos los gastos adicionales no los podemos bancar desde nuestro presupuesto. ¿Qué es lo que hemos venido haciendo? Esto no es del 2015, del 2003 o del 2007, viene más o menos desde principios de los 90. Trabajamos con especialistas nuestros y hacemos transferencias de tecnología, hacemos proyectos, trabajamos para empresas privadas, el sector público...

Ahora estamos un poco distanciados, pero desde el año 1992 con Alak hicimos un convenio para obras de la ciudad y lo trabajamos con la facultad de Ingeniería de la UNLP. Lo tuvimos hasta hace muy poco, ahora tenemos un impasse que espero que dure muy poco. Ellos creo que nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos. Pero, bueno, se venció el convenio y no se renovó. 

RP.- ¿Cómo ve hoy las carreras de Ingeniería, que habían sido fomentadas por el gobierno anterior?

Durante el gobierno anterior se incentivó mucho la ingeniería, la ciencia y tecnología y se creó el ministerio -que felizmente, aunque con algún recorte, sigue-. Pero el temor grande es cuando se abre la importación. No quisiera que pase lo que ha pasado en otros momentos, cuando los ingenieros en lugar de hacer lo que sabían hacer salían a manejar taxis. No fue hace mucho. Espero que eso no pase, que se siga potenciando a la ingeniería que desde nuestro punto de vista es muy importante. 

RP.- ¿Ve una amenaza en la reciente apertura de las importaciones?

No sé si la palabra es amenaza, pero creo que si se abren no nos va a ir bien. No solamente a los profesionales -porque va a disminuir el trabajo, los proyectos- sino también para la gente. Si empezamos a importar juguetes de China, ¿a qué se dedica el que los hace acá?

Lo triste sería que haya una fuga -por decirlo de alguna manera- de cerebros, como ocurrió en otro momento en que los investigadores se fueron al exterior y costó mucho volverlos a traer. Y hay mucha gente preocupada, ya se vio en la marcha del CONICET. 

Lo único que me tranquiliza un poco es que no creo que el gobierno cometa la impericia de meterse con la universidad, porque saben que van a tener a un millón de chicos en las plazas. Ellos van a defender la universidad nacional, popular, pública y gratuita, como la defendemos nosotros.

El otro día hubo un amague de privatizar en la Universidad del Nordeste del país, después dijeron que era una sola carrera... Espero que el gobierno -Macri y sus colaboradores- realmente sepan que la universidad es una inversión, no un gasto. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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