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10 de septiembre de 2017 | Política de medios

Informe REALPOLITIK

Vidal dio por terminado el Pacto de Gobernabilidad y sale a la caza del voto de Massa

Durante los primeros dos años de mandato, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires dio vía libre a la instrumentación del llamado Pacto de Gobernabilidad. Explícito puertas adentro, implícito puertas afuera, el pacto les permitía a ambas partes el usufructo de ciertos privilegios

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por:
Santiago Albizzatti

Durante los primeros dos años de mandato, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires dio vía libre a la instrumentación del llamado Pacto de Gobernabilidad. Explícito puertas adentro, implícito puertas afuera, el pacto les permitía a ambas partes el usufructo de ciertos privilegios. Para Cambiemos, significó darle curso dinámico a algunos proyectos de María Eugenia Vidal. Para la tropa de 1País, significó una cuota más de poder político y, por qué no, cada tanto también del económico. Lo que sostenía al acuerdo era, no obstante, la necesidad de la fuerza oficial de contar con un aliado dentro de la Legislatura bonaerense.

Los números de Esteban Bullrich en las PASO, luego de una campaña minada de errores y furcios de todo tipo, sorprendieron a más de uno y modificaron el escenario potencial sobre el que se paran ahora ambas fuerzas. Cambiemos midió, al menos, cuatro o cinco puntos más de los que esperaban sus propios especialistas en la materia. En el mismo porcentaje, 1País cosechó no menos de siete puntos por debajo de los que aseguraron sus propios candidatos durante los numerosos actos que protagonizaron en el interior de la provincia. Esto, lo supo Sergio Massa desde el primer momento en el que se confirmaron las tendencias, lo cambia todo.

El equipo de campaña de la gobernadora se puso manos a la obra casi sin esperar a que llegue la orden desde arriba. Los datos son pulidos, las estrategias son trazadas y empleados y militantes por igual se mueven con el dinamismo de una empresa privada. Ya no quedan códigos políticos o protocolos que sortear, van a buscar los votos de Sergio Massa. Todos los que puedan obtener.

La lista de distritos que son tenidos en cuenta como objetivos para “pescar” votos massistas es extensa pero, aun así, elegida cuidadosamente. Tandil; General Villegas; Chivilcoy; Carlos Casares; Bolívar; Bahía Blanca; Quilmes; Alberti; San Nicolás y Olavarría, ésta última la ciudad en donde el intendente Ezequiel Galli va a tener que explicar por qué se compra el whisky con el dinero del Estado, son solo algunos de las ciudades en las que Cambiemos piensa mejorar notablemente su performance a expensas de 1País.

Margarita Stolbizer fue la primera en lamentar el fin de la tregua. "La gobernadora no habría podido gobernar durante su primer año y medio si no hubiera sido porque nuestras fuerzas políticas la acompañaron cada vez que nos pidió alguna norma", aseguró cabizbaja. En una visita a La Plata, ciudad en la que Sergio Massa abandonó por completo a sus candidatos José Arteaga y Gastón Crespo, ahora huérfanos de líder y dinero para la campaña, no se contuvo a la hora de tirarle dardos a su otrora aliada política: "Estuve ayer en un distrito de la provincia de Buenos Aires donde la prioridad era la plazoleta del boulevard y, cuando fui al hospital, observé que tiene carencias terribles; el sistema de salud de la provincia tiene carencias terribles, pero la decisión es hacer infraestructura que se ve en la calle y pueden cortar cintas". Ninguno de los presentes agregó nada más. Todos saben por dónde sangra la herida.

La actitud que adoptó Sergio Massa se asemeja más a la de la resignación que a la del combate. No quiere saber más nada. Los resultados de las PASO fueron un baldazo de agua fría que aun no termina de escurrir. Absorto y desnudo de reacciones, solo atinó a vaciar la campaña. Aquí y allá, en distritos de toda la provincia de Buenos Aires, se cortó la canilla. No hay más dinero para la campaña. Locales de ciudades vitales como La Plata, Berisso, La Matanza e incluso en el propio Tigre, han dado de baja sus contratos de locación. Ya no queda mucho más para hacer. No hay campaña que morigere los resultados de agosto y que los prepare para lo que se espera en octubre. Será, tal vez, el momento de atrincherarse y esperar el comienzo de una nueva batalla. Es que entre Cambiemos y 1País, la tregua ha terminado. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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