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21 de noviembre de 2017 | Municipales

LOMAS DE ZAMORA | Panorama REALPOLITIK

Preocupante: Denuncian acuerdo entre un prófugo y la Policía Bonaerense en Lomas de Zamora

El 11 de marzo de 2014 Darío Ávalos, un obrero de la construcción, participaba de una protesta frente a una obra de la constructora Esuco, cuando una patota sindical de la seccional Lomas de Zamora de la UOCRA atacó a los manifestantes con armas de fuego, cuchillos y piedras.

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El 11 de marzo de 2014 Darío Ávalos, un obrero de la construcción, participaba de una protesta frente a una obra de la constructora Esuco, cuando una patota sindical de la seccional Lomas de Zamora de la UOCRA atacó a los manifestantes con armas de fuego, cuchillos y piedras. Cuando los agresores se retiraron, el cuerpo de Darío yacía sin vida entre los brazos de sus compañeros. 

Con el correr de los meses, se comprobó que la presencia de la patota de la UOCRA se debió a una connivencia entre la empresa Esuco y la unión sindical, y que contaron con la colaboración de la Policía Bonaerense, que liberó la zona. Por dicho homicidio, fueron condenados a prisión perpetua el ex secretario adjunto de la regional Lomas de Zamora y otro dos integrantes del grupo de choque. Para la Justicia, no quedaron dudas de que el autor intelectual del crimen fue el secretario general, Walter Leguizamón, alias el “Lobo”. 

Hoy, el “Lobo” cumple dieciocho meses prófugo. Más grave aún, nadie lo busca. 

Una fiscalía en Lomas de Zamora ordenó su captura, que hasta el momento no ha tenido resultados positivos. Testigos protegidos y llamadas anónimas ubicaron al “Lobo” en Villa Gesell y luego en Chascomús, pero la policía no fue a buscarlo. Acorde con la actual dirigencia de la UOCRA, Leguizamón cuenta con la complicidad de la Policía Bonaerense, que estaría implicada en el crimen de Ávalos

En ese escenario, se entiende que la acción que la Policía Bonaerense ha desplegado hasta ahora en el caso de Darío Ávalos se caracterice por la inactividad y las estrategias de distracción. Cuando los testimonios ubicaban a Leguizamón en Villa Gesell e incluso se aportaron datos de los teléfonos móviles que portaba en la zona y una dirección exacta, la policía increíblemente no fue a buscarlo. “En todo el tiempo que lleva prófugo, nunca abandonó el territorio bonaerense, y aun así la policía no fue a buscarlo”, expresó Claudia Ferrero, abogada de la Asociación de Profesionales en Lucha. 

Cuando los rumores ubicaban a Leguizamón en Chascomús, la policía dio a entender que su cuerpo había sido hallado en el fondo de la laguna de dicha localidad. Semanas después, se comprobó que se trataba de un camionero asesinado por su esposa. 

Existe un video de las cámaras de seguridad municipales que muestran, en once minutos corridos, la totalidad de la secuencia del ataque. Allí se ve claramente a los obreros en protesta y a un grupo de la UOCRA que llega al trote desde el Puente de la Noria. 

En la cinta se observa cómo los obreros se alejan al trote de la patota sindical, que les arroja piedras e, incluso, varios de ellos sacan armas de fuego y realizan disparos contra el grupo que huía. Allí se ve claramente a Alberto Antonio Albornoz, delegado de la UOCRA ahora condenado a prisión perpetua, y a Alejandro Jara, que comparte la condena, disparando a la gente que corría desesperada. Más atrás llegaron Héctor Cabrera, en aquel entonces secretario adjunto del gremio, Jonathan Vega y Sergio Fernández, delegados y ahora presos condenados. 

Más preocupante aun fue la clara connivencia con la policía bonaerense. El video muestra, sin lugar a dudas, cómo la policía los deja disparar sin intentar frenar a nadie, y cómo los móviles policiales dejaron escapar a los asesinos. Incluso, permitieron que uno de los agresores prenda fuego un Renault Clío en el que encontraban armas de la UOCRA, perdiéndose así valiosas pruebas. 

Siguiendo un sendero de pistas falsas, pruebas perdidas intencionalmente, prófugos que no son buscados y allanamientos demorados o suspendidos, se llega finalmente a la realidad a la que está sometida la sociedad bonaerense. Una en la que los sindicalistas, en vez de defender a los trabajadores, los matan a tiros y cuchillazos, y los policías, que debieran proteger a los ciudadanos y perseguir a los asesinos, resultan ser sus socios. (www.REALPOLITIK.com.ar


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Lomas de Zamora, Policía Bonaerense

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