Ante la falta de políticas agropecuarias, el sector comienza a mirar de reojo al macrismo

A nivel nacional, las políticas destinadas al sector agropecuario constituyen una de las asignaturas pendientes del año que cierra. Por el lado del ministerio de Agroindustria, Ricardo Buryaile fue reemplazado por Luis Miguel Etchevehere, el ex presidente de la Sociedad Rural Argentina que llegó (según el relato oficial) con tres premisas básicas: continuar con las mesas de competitividad, eliminar o reducir los trámites que perjudican la actividad de productores e industriales y lograr la apertura de nuevos mercados. A menos de dos meses de su asunción, el entrerriano se halla inmerso en un escándalo de proporciones mayúsculas, cuando se conoció la semana pasada una noticia que corrió como un reguero de pólvora entre el sector agropecuario. Etchevehere reclamó a la SRA, a modo de compensación por la demora en cobrar su sueldo de ministro, un bono de 500 mil pesos, que fue aprobado por la comisión directiva de la patronal rural en voto dividido.

La ausencia de políticas agropecuarias no es prerrogativa exclusiva de Agroindustria. Una muestra cabal de esta situación se pudo apreciar en la Cámara de Diputados de la Nación, en el seno de la comisión de Agricultura. Presidida hasta el pasado 10 de diciembre por el legislador del Frente Renovador Gilberto Alegre, el espacio encargado de velar por las leyes para el sector agroindustrial mostró una llamativa inactividad.

En todo el año, esta comisión recibió 47 proyectos de diputados y senadores nacionales y llamó a reunión ocho veces, de las cuales solo dos pudieron conseguir el quórum mínimo para sesionar. Y en estas dos oportunidades, aprobaron un dictamen, para introducir una reforma en el Instituto Nacional de Yerba Mate. Un balance magro en el contexto de un año electoral, en donde los cañones del oficialismo apuntaron a engrosar el número de legisladores en ambas cámaras.

En este escenario, no sorprenden los rumores que ubican al diputado del Frente para la Victoria Luis Basterra como titular de esta comisión en 2018. Con amplia experiencia en la arena política y un paso por la vicepresidencia del INTA en su currículum, desde el sector agropecuario mostraron su consternación ante esta posibilidad. También sonaron los nombres de los diputados Axel Kicillof y el santafesino Agustín Rossi, pero no tienen chances, conocimientos específicos del sector y tiempo para dedicarle a este espacio.

La realidad señala que el triunfo oficialista permitirá al bloque de diputados macristas ganar la presidencia de tres o cuatro comisiones en el ámbito de la cámara baja. ¿Apuntarán al devaluado espacio de Agricultura? Todo parece indicar que no, y centrarán sus esfuerzos en ganar espacios con más peso político, para poder dar cauce a proyectos estratégicos para la supervivencia política de Cambiemos.

Al menos por ahora, y a pesar de la torpeza exhibida en materia de comercio exterior, reforma impositiva para el sector agropecuaria y el rechazo de los productores al subsecretario nacional de Lechería, Alejandro Sammartino, el oficialismo cuenta con el respaldo de la cadena agroindustrial. Frente a este vacío político, el sector agropecuario otorga su voto de confianza a esta dirigencia, pero en el off the record se queja cada vez más de estos dirigentes. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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