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Incertidumbre por el precio de la soja para la próxima cosecha
En la campaña para las presidenciales 2015, el entonces candidato Mauricio Macri elaboró un aceitado discurso para seducir a los votantes del sector agropecuario. Entre esas promesas, se destacaba la quita de retenciones a los cultivos de trigo, maíz y girasol y la “revisión” en los derechos de exportación de soja.
En la campaña para las presidenciales 2015, el entonces candidato Mauricio Macri elaboró un aceitado discurso para seducir a los votantes del sector agropecuario. Entre esas promesas, se destacaba la quita de retenciones a los cultivos de trigo, maíz y girasol y la “revisión” en los derechos de exportación de soja.
Una vez en el poder, el presidente electo cumplió con su palabra y en el caso de la soja bajó en 5 puntos los derechos de exportación de la oleaginosa en 2016, con la promesa de rebajar otro 5 por ciento al año siguiente. Pero prevaleció el criterio de no perder ingresos fiscales, y el oficialismo no cumplió con esta medida durante el presente año.
A modo de maquillaje, ensayaron una devolución del 5 por ciento de las retenciones para los productores sojeros del norte, pero el gobierno la cumple a cuentagotas, situación que se ha reflejado en quejas desde el norte argentino.
Para 2018, la cartera agropecuaria encabezada por Luis Miguel Etchevehere anunció que la baja de retenciones será a razón del 0,5 por ciento mensual, y en este contexto los mercados parecen indicar que para la próxima cosecha de soja, su precio podría mostrar tendencias negativas. Con una campaña que se ubicaría sobre las 55 millones de toneladas, la caída de las exportaciones de biodiesel indica que la demanda de granos para molienda tendrá una baja notoria.
La comercialización del biodiesel presenta aristas de complejidad en el marco de las políticas de comercio exterior argentina. Así, el cierre del mercado norteamericano, las presiones por parte de Europa para subir los aranceles de exportación y el reciente incremento de los impuestos para las ventas al exterior de las fábricas locales suman una especie de tormenta perfecta que podría desembocar en una baja en la cotización de la soja.
Pero no solo de Europa y Estados Unidos llegan las malas noticias. Por un lado, China tarda cada vez más en restablecer las compras de aceite de soja argentino, mientras que India amenaza con subir los aranceles de importación de este subproducto. Un auténtico atolladero para las 40 plantas elaboradoras de este biocombustible, que cierran un 2017 trabajando a ritmo lento, muy por debajo de su capacidad operativa.
En el ámbito local también hay factores a tener en cuenta, que pueden tener una incidencia negativa en el precio futuro de este cultivo. De acuerdo a un informe elaborado por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), los productores argentinos acopian en sus campos unas 17 millones de toneladas, mientras que unas 6 millones de toneladas todavía se encuentran bajo la modalidad de precio a fijar. “Algo más de 23 millones de toneladas están expuestas a sufrir una variación negativa en los retornos esperados”, explicaron en el documento.
De este modo, y con una campaña relativamente estable en materia de área sembrada, los productores sojeros miran con preocupación el escenario futuro de precios, con una industria golpeada que en 2018 podría demandar menos grano para la molienda. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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