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El Sistema Alimentario Escolar no da pie con bola y los chicos no reciben la comida
Durante los últimos años, el Sistema Alimentario Escolar (SAE) fue administrado por el Consejo Escolar de la ciudad de La Plata. A raíz de una resolución de las autoridades locales, es actualmente gestionado desde la municipalidad. El traspaso, por el momento, no ha dado buenos resultados.
Durante los últimos años, el Sistema Alimentario Escolar (SAE) fue administrado por el Consejo Escolar de la ciudad de La Plata. A raíz de una resolución de las autoridades locales, es actualmente gestionado desde la municipalidad. El traspaso, por el momento, no ha dado buenos resultados.
Durante el servicio anterior, los directores elegían el menú que debía ser suministrado a sus alumnos, eligiendo aquellos alimentos más nutritivos y abundantes, enfocando la mirada en las vitaminas y las proteínas. Hoy perdieron esa prerrogativa y los pedidos son confeccionados por las autoridades municipales y las empresas proveedoras en su conjunto.
Por caso, tal y como puede escucharse en el audio que acompaña esta nota, la empresa que provee a las escuelas rurales de la localidad de Arana es oriunda de Banfield y trae los alimentos una vez a la semana para ahorrar nafta, llevando adelante algunas polémicas estrategias de compras para achicar los costos.
A modo de ejemplo, los proveedores se niegan a traer la leche en cartón, en formato Larga Vida, sino que lo hacen en sachets porque son más baratos. El inconveniente es que de este modo la leche se echa a perder rápidamente cuando no se almacena en heladeras, y no existe un solo colegio, al menos en en toda la ciudad de La Plata, que tenga suficientes heladeras. Esto generó un problema mayúsculo. Los planteles directivos comienzan a tirar la leche que se pone fea, los chicos no pueden consumir la dosis necesaria y las empresas se niegan a volver al formato Larga Vida porque no quieren subir sus costos.
La misma situación se repite con el yogurt, que también es enviado en sachet, agravando el problema. En algunas escuelas, incluso, acumulan alimentos en los pasillos y en aulas, manteniéndolos a oscuras para evitar que se echen a perder inmediatamente.
En otras escuelas primarias de la zona las dificultades son aun más graves. No son pocos los establecimientos que denunciaron que las empresas traen menos alimentos que los incluidos en los pedidos, de manera que no alcanza para toda la semana. Por otro lado, en la mayoría de las escuelas rurales, en donde el desamparo de los niños es extremo y las únicas comidas que tienen son las de la escuela, se suspendió sin previo aviso el servicio de DMC (Desayuno y Merienda Completo).
El problema es grave y merece una solución inmediata. En Arana, la municipalidad de La Plata le ordenó a las escuelas darle a los chicos sándwiches de jamón y queso en los días lunes y viernes, desconociendo que las empresas compran el jamón el viernes anterior, por lo que siete días después llega en mal estado. Lo mismo ocurre con el pan, se compra una vez por semana y para el jueves ya está duro e incomible.
En otros establecimientos de la zona, como las autoridades del SAE estaban convencidas de que las escuelas secundarias no comenzarían las clases a tiempo, se olvidaron de llevar el alimento.
El asunto se desenvuelve, entonces, como ocurre en la mayoría de los casos que atraviesan la política bonaerense. Mientras los funcionarios gastan fortunas para aparecer en los canales de aire nacionales y explicar complicadas fórmulas económicas y financieras, los chicos carecen de lo más básico: el alimento. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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