La maquinaria agrícola argentina, cada vez más acorralada por las importaciones

Como parte de su política hacia el sector agropecuario, desde el gobierno nacional se implementaron las Mesas Sectoriales, en donde representantes de distintos eslabones se reúnen con el presidente Mauricio Macri y la cúpula del ministerio de Agroindustria. Esta modalidad se implementó con las cadenas bovinas, lecheras, porcinas y forestales, y en estos días se sumaron los fabricantes de maquinaria agrícola.

El sector de maquinaria agrícola argentina cerró un 2017 con una facturación récord de 2.200 millones de dólares, situación que empieza a revertir en parte el escenario de caída de ventas que se vive desde 2015. Pero como una luz de alerta, un 50 por ciento de este dinero corresponde a operaciones con maquinaria importada.

La fuerte apertura de importaciones es una de las marcas registradas de Cambiemos desde su asunción al poder. Esta situación se percibe en distintos rubros, como porcinos, frutas y la maquinaria agrícola, que en los últimos tres años ha crecido en rubros en donde la industria argentina es fuerte, como el caso de sembradoras y pulverizadoras autopropulsadas.

El Gobierno anunció, a través del ministro de Producción Francisco Cabrera, que el presidente Macri presidirá la Mesa Sectorial de la Maquinaria Agrícola, que estará compuesta por dos cámaras empresarias del sector y unas 20 empresas. Pero en un claro guiño a las multinacionales del rubro, el anuncio se llevó a cabo durante un evento organizado en las instalaciones que la firma John Deere posee en la localidad santafesina de Granadero Baigorria, en el festejo del 60° aniversario de la firma norteamericana en el país.

Luego de conocerse esta medida, desde la Cámara Argentina de Maquinaria Agrícola (CAFMA), la entidad que nuclea a los fabricantes argentinos, emitieron su opinión. Si bien se mostraron de acuerdo con la creación de este espacio, expresaron su inquietud por la apertura de importaciones, que coloca a la maquinaria argentina en desventaja frente a las extranjeras. También señalaron un punto clave: el acceso al crédito.

Durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno buscó revitalizar la compra de maquinaria agrícola por dos vías. Por un lado, créditos a tasa subsidiada del Banco Nación para implementos argentinos, que ofrecían condiciones muy ventajosas, como un 11,5% de interés. Además, entre los años 2012 y 2013, las multinacionales líderes del sector (Case, Agco y John Deere) realizaron inversiones cercanas a los 600 millones de dólares en Argentina. ¿El objetivo? Agregar mayor cantidad de componentes nacionales y mano de obra local a  los tractores y cosechadoras ensamblados en Argentina pero con piezas extranjeras.

En la actualidad, desde el Gobierno nacional se está por lanzar una línea de créditos similar, pero desde CAFMA advierten que es para la compra tanto de maquinaria fabricada en el país como importada. Esta situación es una clara desventaja para las fábricas argentinas, que de acuerdo al INTA son unas 850 pymes que generan 90.000 puestos de trabajo directo e indirecto.

Si bien la importación de cosechadoras y tractores es habitual en Argentina, y será una tendencia difícil de revertir, los fabricantes nacionales están preocupados por el avance de la importación en productos como sembradoras y pulverizadoras autopropulsadas, en donde nuestro país es un destacado fabricante, con tecnología de punta y reconocida en todo el mundo.

Según información elaborada por el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Industria Nacional (CEDIN), la importación de sembradoras creció un 168 por ciento durante 2017, mientras que en caso de las pulverizadoras autopropulsadas fue del 90 por ciento.

En este contexto, los fabricantes argentinos deben soportar el mayor ingreso de maquinarias importadas, con el agravante que contarán con financiación del Gobierno, a unas tasas realmente seductoras. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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