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Macri le asignó un sueldo a la hija de Estela de Carlotto, que trabajaba gratis para CFK
A poco menos de tres años de asunción, las primeras conclusiones comienzan a evidenciar un cambio imperceptible, casi una continuidad de muchas de las políticas pergeñadas por el gobierno anterior. Un neo-kirchnerismo.
La gestión de Mauricio Macri al frente del ejecutivo nacional, hasta el momento, pareciera no terminar de conformar a nadie. Durante las últimas semanas, se adjudicó la notable caída de su imagen a la decisión de regresar a las garras del Fondo Monetario Internacional que conduce la abogada francesa Christine Lagarde. No obstante, un análisis pormenorizado permite entrever otras aristas no menos interesantes.
En campaña, el hábil asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba le recomendó a Macri “apuntar al sector más radicalizado en su lucha contra el kirchnerismo, aquel que repele todo lo que simboliza el partido de Cristina Fernández de Kirchner”. De este modo, el candidato de Cambiemos basó su discurso en el extraordinario gasto del estado, el deterioro del peronismo, la inflación, los actos de corrupción, y lo que él mismo llamó “el curro de los Derechos Humanos”.
A poco menos de tres años de asunción, las primeras conclusiones comienzan a evidenciar un cambio imperceptible, casi una continuidad de muchas de las políticas pergeñadas por el gobierno anterior. Un neo-kirchnerismo.
El gasto público, que CFK lo llegó a llevar, en el momento más acuciante de su mandato, al 47.7 por ciento del producto interno bruto (PIB), no sólo que no se redujo, sino que actualmente y acorde a los balances entregados por el propio gobierno a través del Indec, avanzó levemente para situarse en el 47.9 por ciento.
Con respecto al peronismo, que Macri se encargó de denostar en su último debate presidencial, pareciera estar gozando de plena vigencia entre los despachos de la jefatura de Gabinete. Incluso, en la última reunión llevada a cabo por el presidente en su despacho de la Casa Rosada, se repartieron ejemplares de “Perón Habla al País”, un panfleto propagandístico en relación al llamado pacto social creado por Juan Domingo Perón.
“La suba de la inflación es la muestra cabal de tu inoperancia para gobernar”, afirmó el ahora presidente en plena campaña. Hace algunas horas, en medio de una política de precios descontrolada y con una inflación en pleno auge, su mano derecha Mario Quintana admitió que “las metas de inflación eran incumplibles”.
Prometió combatir la corrupción y, con Julio de Vido, Juan Pablo “El Pata” Medina, Ricardo Jaime y gran parte del arco kirchnerista tras las rejas, se puede tildar ese ítem como cumplido. No obstante, este es el gobierno con mayor cantidad de funcionarios con cuentas offshore comprobadas en lo que va de la joven historia argentina, y su propio ministro de Energía afirmó que mantendrá su dinero en el exterior porque “no confía en el país”. Quitemos la tilde.
Finalmente, luego de afirmar que con su gobierno “se va a acabar el curro de los Derechos Humanos”, decidió designar como representante del poder ejecutivo nacional ante la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) a Claudia Carlotto, hija de Estela. Su salario rondará los 100 mil pesos mensuales. Dicho sea de paso, con Cristina Kirchner no cobraba nada por ese trabajo. Es que este es, tal vez, el mejor momento del Neo-Kirchnerismo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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Claudia Carlotto, Juan Domingo Perón, Julio de Vido, Ricardo Jaime, Jaime Durán Barba¿Qué te parece esta nota?
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