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5 de agosto de 2018 | Campo

La lechería continúa a la deriva

En la expo de Palermo, Michetti se mostró falta de políticas activas para el sector agroindustrial

Al momento de exhibir gestión, Michetti se aferró al speech amarillo. “Contamos con más de 30 mesas de competitividad, que dan trabajo y oportunidades en cada región del país", remarcó. La realidad indica que fuera de la Mesa de Carnes, que exhibe sólidos resultados, el resto de estos espacios no ofrece soluciones concretas.

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En cada exposición rural de Palermo, el discurso de inauguración es uno de los momentos más esperados, y constituye un buen punto para analizar el pulso político. Desde el abucheo generalizado que sufrió Raúl Alfonsín en 1988, el paseo por la pista central en limusina de Carlos Menem en 1990 y Fernando de la Rúa en 2001, el paso de los presidentes por el predio ferial de la Sociedad Rural Argentina (SRA) jamás pasa inadvertido.

En 2003, el entonces presidente Néstor Kirchner tuvo un paso breve por la muestra, pero su relación con el sector agropecuario se fue deteriorando de manera paulatina, hasta el quiebre definitivo en 2009, con el conflicto por los derechos de exportación de soja.

Con la coalición Cambiemos, el oficialismo regresó a la muestra y el presidente Mauricio Macri se muestra relajado, se da un pequeño baño de multitudes y teje alianzas. De hecho, el actual ministro de Agroindustria es Luis Miguel Etchevehere, ex titular de la SRA, que a poco de asumir se vio envuelto en un escándalo por un bono de 500 mil pesos que exigió como compensación por sus servicios prestados.

En la última edición de la expo, y con Macri fuera del país por cuestiones de agenda, la responsabilidad del discurso de inauguración recayó en la vicepresidenta Gabriela Michetti. Por primera vez en sus 132 ediciones, una mujer estaría a cargo de esta responsabilidad.

El discurso de la mandataria discurrió en obviedades. La vicepresidenta abrió el juego con un reconocimiento a este sector. “Nunca pierdan esa energía, porque estamos en el camino correcto, cuando el campo crece, crece la Argentina", dijo frente a un auditorio amigable que esperaba este tipo de intervenciones.

Al momento de exhibir gestión, Michetti se aferró al speech amarillo. “Contamos con más de 30 mesas de competitividad, que dan trabajo y oportunidades en cada región del país", remarcó. La realidad indica que fuera de la Mesa de Carnes, que exhibe sólidos resultados, el resto de estos espacios no ofrece soluciones concretas.

El caso más evidente es el sector lechero, inmerso en una profunda crisis estructural, combinada con una lectura incorrecta del Gobierno nacional a la hora de implementar políticas para esa cadena de valor. En este sentido, la dirección nacional de Lechería, encabezada por Alejandro Sammartino, exhibe una alarmante falta de luces a la hora de elaborar un diagnóstico sobre este eslabón productivo. 

“Para nosotros es prioridad abrir nuevos mercados y reabrir los que habían cerrado. En solo dos años abrimos más de 140 mercados”, enumeró, y ponderó el primer envío de carne patagónica al Japón. Este punto es, al menos, cuestionable. Como atenuante, se debe reconocer que la carne bovina argentina recuperó espacios de manera sostenida en los mercados externos.

Pero en el resto de los casos, hay fracasos estrepitosos en materia de política exterior. Como ejemplo, Estados Unidos bloqueó por los próximos cinco años el ingreso del biodiesel argentino, un negocio que representaba un ingreso de divisas por unos 1.250 millones de dólares. Ese mismo país es el que frena el ingreso de  carne vacuna, compra limones a regañadientes y vía Twitter se burla de los productores porcinos.

En las gradas de Palermo, los productores tamberos seguían con atención el discurso de la vicepresidenta. "Sabemos también sobre las dificultades de la lechería, por ello desde la mesa de este sector, y tal como hemos logrado en otras áreas, encontraremos las soluciones que nuestro país necesita", declaró.

La realidad es que el Gobierno no tiene nada para exhibir en este rubro, y debe recurrir a las generalidades, mientras estos productores reclaman una recomposición urgente del precio recibido por su materia prima.

Michetti también elogió la política de desburocratización que lleva adelante Cambiemos, que en el caso de la cadena agroindustrial se refleja en la reducción de 1.400 aranceles y la anulación de trámites. Lo que omitió la vicepresidenta fue mencionar el sistemático desguace del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que pone en peligro el estatus sanitario argentino, y la quita de rango a subsecretarias del ministerio de Agroindustria, que castigó a dependencias que exhiben una muy buena labor, como el caso de Control Comercial Agropecuario.

Si bien en Palermo no se puede esperar el anuncio de medidas concretas para el sector, constituye un buen escenario para analizar la evolución de las políticas agropecuarias. El discurso de Michetti dejó bien en claro la falta de ideas del oficialismo en materia de medidas para este sector. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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