La recesión está confirmada, y el pronóstico es reservado

Nadie en el gobierno esperaba encontrarse con esta situación económica a agosto del 2018. Es cierto que nadie puede prever ciertas circunstancias, como la serie de acontecimientos que se han dado en los últimos meses, de alto impacto negativo, como los casos de Turquía, que afectó los números mundiales, las tasas de interés y las inversiones, y Brasil, que ha demostrado ser un socio vital para la Argentina y destino de exportaciones. Éste último país no solo que no levanta en lo económico, sino que está entrando en la etapa final de las elecciones de octubre con un panorama que dista mucho de ser normal. Lula Da Silva, el candidato con mayor intención de voto, continúa preso y seguramente sea inhabilitado. No por ello dejará de poner un jugador dentro de la cancha y será, con toda seguridad, Fernando Haddad, ex ministro y alcalde de San Pablo, quien competirá con candidatos como Jair Bolsonaro, más aceptado por el mercado pero con serias acusaciones de ser pro militar. Nadie tiene asegurado el triunfo en primera instancia y en un balotaje todo es posible. Antes de resolverse este tema, es muy improbable que Brasil vuelva a crecer.

De los males locales, el peor de todos ha sido la sequía que afectó a las cosechas exportables, lo que implicó un costo estimado en 5 mil millones de dólares, con serias consecuencias en el mercado de cambios.

Aun así lo peor sería quedarse con estos eventos como los únicos motivos de la caída económica, también hay que buscar, para un diagnostico acertado en el accionar del propio gobierno, que no encontró una fórmula para normalizar la situación. Como decíamos, el escenario estaba planteado para que la previa al año electoral fuera con la economía en verde y eso hoy por hoy es algo no alcanzable, al menos durante el año en curso. Los números que llegan indican caída de actividad a niveles de enero de 2015, acompañado con caída de la industria, la recesión que es un hecho, y como si fuera poco el dólar en 31 pesos tampoco ayuda.

Queda esperar aunque fuera una mejora externa  o un FMI que contemple el panorama y otorgue cierta flexibilidad a los números, cosa que no se sabe si es de posible concreción. Las tasas de interés para ahorristas son bastante interesantes y seguramente en el  casi 40 por ciento anual que se encuentran superan tranquilamente a la inflación que si bien no afloja tampoco tiene campo propicio para prosperar por la caída de actividad económica. Lo primero aun de corto es esperar que el dólar se normalice. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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