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5 de noviembre de 2018 | Campo

Pesadilla kafkiana

La lechería argentina se encuentra en terapia intensiva y con pronóstico reservado

Cada encuentro de la Mesa de Competitividad Láctea nacional es un paso más de los tamberos al abismo. El gobierno nacional no aprende de sus errores e insiste con fórmulas que no dan resultados. 

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Las últimas reuniones de este espacio no fueron en un clima cordial, como pretende transmitir la secretaría de Agricultura nacional. A mediados del pasado mes de septiembre, Jorge Chemes, representante de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en esta mesa, se levantó ofuscado y abandonó la reunión, cansado de escuchar al director nacional de Lechería, Alejandro Sammartino. “Lamentamos no poder seguir acompañando este accionar y solo volveremos a participar, sí y solo sí, la agenda condice con la realidad a solucionar”, advirtieron a través de un comunicado posterior al encuentro.

Hace algunos días, el último cara a cara entre el gobierno y los tamberos tampoco fue el mejor. Cada vez más desesperanzados, los representantes de la producción acuden al edificio de Paseo Colón 982, con la mínima esperanza de encontrar algún atisbo de solución al duro momento que atraviesan. Ellos quieren escuchar cómo el secretario de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere y Sammartino detallan estrategias que recompongan la rentabilidad de la producción primaria.

En cambio, deben oír azorados frases como “construir ámbitos de diálogo desde el gobierno nacional para trabajar sobre la comercialización” ó “lograr avances relevantes a través de acuerdos entre todos los involucrados". Un auténtico disparate, al que se le agregan ideas como conformar una submesa -que se desprende de la Mesa de Competitividad Láctea- para trabajar en las condiciones de comercialización. Una inmensa torre de Babel burocrática, que sumerge a los tamberos en una pesadilla kafkiana.

Mientras los responsables de diseñar políticas nacionales para este eslabón productivo balbucean incoherencias, los representantes del sector se unen para manifestar su rechazo a esta vergonzosa situación. En un comunicado conjunto, las cuatro entidades no escatimaron duras críticas a la cartera agropecuaria nacional. 

Ante esta situación, la comisión de Enlace señaló que “no se ha comprendido el deterioro que viene padeciendo el sector lechero. Al menos, a la coyuntura le sumamos la imposibilidad de resolver desde el Estado el grave problema que afecta a los productores”, advirtieron. 

En la actualidad, la cadena de la leche enfrenta un escenario delicado, en donde se destaca un mercado interno contraído, una exportación errática, incertidumbre cambiaria, altas tasas de interés y productores trabajando a pérdida. 

“Creemos que seriamente es hora de definir y coordinar políticas públicas en el ámbito financiero, de mercado interno y de exportación, que permitan recuperar la actividad, con herramientas que signifiquen una mejora para toda la cadena, sin excepción”, afirmaron los ruralistas.

Un trabajo elaborado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO) arroja luz sobre esta situación, al poner cifras al mal momento de la lechería argentina. Los cooperativistas describen una situación por demás preocupante, con una prolongada crisis que se agudiza año tras año, aumento de costos mayores al incremento del precio de la leche, números en rojo y tasas de financiamiento imposibles de pagar. 

“Las consecuencias obligan al cierre de tambos, faena de vacas en producción, abandono de la actividad y desaparición de empleos”, advirtieron. En este contexto, la producción láctea se mantiene en sus pisos mínimos, en donde los tamberos con mayor escala de trabajo concentran cada vez más la actividad. 

De esta manera, con un mercado interno que presenta caídas en el volumen de ventas en la mayoría de los productos lácteos y una exportación planchada, el gobierno no logra encontrar el rumbo para enderezar esta situación. 

Mientras tanto, en el último año el ritmo de cierres de tambos fue de uno por día y los productores se encuentran en una situación límite, acorralados por una coyuntura compleja y una dirección nacional de Lechería que perdió el rumbo hace tiempo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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