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12 de diciembre de 2018 | Campo

Sequía política

Mala suerte para el campo: El plan de trece puntos que Cambiemos no cumplió

De cara a 2019, Macri incumplió casi todas las promesas efectuadas al sector agroindustrial en el marco de su campaña electoral. Como parte de su estrategia para las elecciones de 2015, el macrismo -a través de la fundación Pensar- elaboró un plan de trece puntos, cuyo armado estuvo a cargo del actual presidente del SENASA, Ricardo Negri.

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De cara a 2019, el presidente Mauricio Macri incumplió casi todas las promesas efectuadas al sector agroindustrial en el marco de su campaña electoral. Como parte de su estrategia para las elecciones presidenciales de 2015, el macrismo -a través de la fundación Pensar- elaboró un plan de trece puntos, cuyo armado estuvo a cargo del actual presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), Ricardo Negri.

Entre sus principales promesas, el plan preveía eliminar los derechos de exportación, una reducción general de los niveles de presión tributaria, la formación de precios transparentes en lechería, una nueva estrategia en materia de comercio exterior y la creación del ministerio de Agroindustria.

En los puntos mencionados con anterioridad se concentran todos los fracasos políticos vinculados a políticas agropecuarias a nivel nacional.  A los pocos días de asumir, el presidente Macri eliminó las retenciones para trigo, maíz y girasol, mientras que en el caso de soja impulsó una rebaja gradual. 

El primer paso en la materia fue dado, pero a medida que el gobierno empezó a perder el rumbo económico, los rumores sobre una modificación en el esquema tributario del comercio de granos cobraban fuerza. El pasado mes de septiembre, tras una feroz corrida cambiaria y el pedido al FMI de fondos, el oficialismo anunció la vuelta de los derechos de exportación a toda la producción primaria. ¿La soja? Tributa en la actualidad un 30 por ciento, muy cerca del 35 por ciento decretado por la gestión de la ex presidenta Cristina Fernández.

La formación de precios transparentes en lechería es, básicamente, un disparate. En la actualidad, este sector vive un escenario por demás complejo, en donde confluye un mercado interno muy contraído, exportaciones con altibajos y productores que reciben un bajo precio por su materia prima. 

Frente a una producción en estado terminal, la secretaría de Agroindustria ofrece reuniones interminables en donde  se repite siempre lo mismo y anuncian medidas como la creación del Mercado de Futuro de la Leche. “Pudimos desarrollar una herramienta que nos dará previsibilidad y transparencia en la producción y la industrialización de leche”, señalaron desde la cartera agropecuaria nacional. Es admirable el optimismo de estos funcionarios, que pretenden crear una herramienta de estas características en el marco de una producción arrasada. 

Un punto en donde las políticas agropecuarias hacen agua es en materia de comercio exterior: el macrismo también prometió pero no cumplió. A excepción de la cadena bovina y los principales cultivos, la estrategia del oficialismo en materia de comercio exterior es desastrosa.

Desde 2016 las importaciones aumentan a tasas considerables, se perdieron mercados de peso como el biodiésel y para lograr vender carne bovina a Estados Unidos se acceden a cuestiones que rozan el ridículo. Se perdió un negocio de casi 1.500 millones de dólares, como el caso del biodiésel a Norteamérica, pero se anunció como un hito destacado la venta de limones a ese país, un negocio que no llega a los 20 millones de dólares anuales. 

La degradación del ministerio de Agroindustria es una muestra más del fracaso de las políticas destinadas a impulsar el sector. En este tema, la fundación Pensar prometió crear un espacio “en línea con el modelo de país y visión agroindustrial que planteamos”. Después de tres años, está a la vista el modelo agroindustrial macrista, que prioriza la producción primaria, a contramano de su tan promocionado deseo de constituirse en el “supermercado del mundo”. 

A favor, cumplieron con sus promesas de simplificar normativas, tratar de diversificar y potenciar la matriz de transporte y recuperar espacios en los mercados externos para los frigoríficos bovinos.

Estas medidas son insuficientes para perfilar al país como un jugador destacado en el agronegocio global y por el contrario posicionan a nuestro país como un exportador de materias primas, lejos del agregado de valor necesario para ganar espacios en las góndolas del mundo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Ricardo Negri

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