Un concejal se sinceró, llevó pirotecnia y desasnó a sus pares

Pero esta vez, expuestos por las organizaciones protectoras de animales, ambientalistas y padres de niños con TGD que impulsaron la campaña “Más luces menos ruidos”, no les quedó otra que llevar una nueva al recinto. Finalmente aprobaron el proyecto de ordenanza que declara al distrito “Libre de pirotecnia sonora que afecta la salud”. Establece la venta de productos hasta  85 decibles. No indica cómo se controlará, ni establece multas. “Yo no tengo idea cuánto es 85 decibeles”, dijo concejal Federico Tomazín (Cambiemos) en una clase magistral sobre pirotécnica. El documento quedó aprobado por unanimidad.

La exposición de los concejales sobre el tema concluyó en la necesidad de regular y no prohibir. Fue precisamente Tomazín, autoproclamado especialista en el asunto, el que le preguntó: “¿Cómo vamos a medir los decibeles?. Ni yo sé cuántos son 85 decibles. Porque si googleo me dicen que un congestionamiento de tránsito son 90 decibeles y me parece ilógico compararlo con una pirotecnia”, reflexionó.

Contradictorio el concejal agregó que no quiso tomar partido del asunto en el tratamiento en las comisiones legislativas aunque luego se lamentó que los concejales no lo hubieran consultado.

“Como muchos sabrán, yo comercializo (pirotecnia) hace más de quince años cuando en mis planes no pasaba por la cabeza ser concejal en lo más mínimo. Siempre lo vimos como un fin comercial”, dijo y añadió: “Me preocupa lo que se hizo hasta el momento. No participé de ninguna comisión porque no quería ser ni juez ni parte del asunto. Sabía desde el momento que asumí que esto me iba a enfrentar. No tengo nada que ocultar, es un negocio, es una actividad lícita”, se atajó.

Pero la cosa no quedó ahí. Tomazín puso blanco sobre negro y el palo fue para todos. “Tuvimos mucho tiempo para tratarlo. A mí en una sola oportunidad me consultaron sobre la experiencia pero ninguno de los presentes me pregunto cómo es la pirotecnia de bajo impacto sonoro que es la que tengo y comercializo”.

Y como si fuera poco, pasó su CV. “Yo me especialicé, hice cursos, compré consolas para hacer shows de pirotecnia. Me hubiese gustado que me convoquen y explicarle sobre los productos”, dijo y amplió: “Una bomba con un mortero tiene que explotar en el aire a cierta altura. Y no es lo mismo los decibeles que va a dar si le damos un uso incorrecto. Yo traje algunos productos. Hay cosas de estruendo que no tienen sentido venderla”.

Dicho esto, Tomazín dio una clase intensiva del poder de impacto de ciertos productos. Uno por uno fue sacando de abajo de la banca los fuegos de artificio. “Esto es un mortero con seis bombas de estruendo”, exhibió a los presentes con la mano en alto. “Esto tiene que estar prohibido en la Argentina”, denunció. No explicó cómo ese producto prohibido llegó a sus manos ni quién se lo vendió. En ese caso, si está prohibido, sería su deber denunciarlo. Ninguno se percató del asunto.

“Esto hace estruendo”, siguió y mostró otras piezas. “Esta es pirotecnia de uso controlado. No se puede vender”, insistió. “Son productos ilegales. Yo no los comercializo pero se pueden comprar en Guernica”, ejemplificó el concejal.

Tomazín fue sincero. Dijo que la pirotécnica “deja dinero y uno espera estas fechas para hacer una diferencia”. Reconoció que “aumentó el 100 por 100 ya que va sujeto al dólar. Comparado con el año pasado va a haber poca (pirotecnia)”, intentó tranquilizar a la tribuna donde los miembros de las organizaciones no gubernamentales escuchaban atentamente la exposición.

Siguió: “Los precios (de la pirotecnia) son el doble. Uno hace una inversión grande. Esta es la época que uno recibe toda la mercadería y me parece una falta de respeto al comerciante y al vecino porque no podemos estar esperando hasta a último momento hacer esta sesión apurados porque llegan las fiestas. Veré si la puedo devolver o la intercambiaré con otros colegas”, dijo el joven Cambiemos.

“Lamento que sea ahora que uno tiene la pirotecnia en stock. Tendríamos que haberlo previsto antes. Espero que el año que viene haya pirotécnica cero. Sería más lindo ver las luces”, dijo el concejal y tiró la bomba final: “Yo les pregunto de qué manera lo vamos a regular, yo no tengo idea cuánto son 85 decibeles. ¿Cómo se va a controlar?”, dijo a los concejales presentes que no pudieron responder a la mejor pregunta de la jornada. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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