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15 de enero de 2019 | Nacionales

Va por todo

Mirando de reojo a Lavagna, Scioli apuesta a convertirse en la prenda de unidad del pan peronismo

Animado por el silencio de Cristina Fernández de Kirchner sobre su decisión respecto de presentarse o no como candidata presidencial, precavida por los altos índices negativos que registra su figura ante la eventualidad de un ballotage, varios son los que consideran que su momento político está por llegar.

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Pero ninguno de ellos, a excepción tal vez de Roberto Lavagna, registra un nivel de conocimiento tan alto. Tampoco ninguno de ellos puede presentar los pergaminos de haber vencido en dos elecciones provinciales, la segunda con más del 58 por ciento en primera vuelta, ni de haber perdido por apenas 1,5 puntos la elección presidencial con Mauricio Macri, no sin antes haber anunciado cuál era el futuro que le esperaba a su país. Por esto cree que la sociedad, que en su momento no quiso escucharlo por pequeño margen, ahora estaría dispuesta a reconocerle ese llamado de alerta.

Por esa razón es que ha decidió recorrer la provincia de Buenos Aires, convencido de que Cristina dará un paso al costado, y que, si quiere ganar, el pan peronismo deberá presentarse a las elecciones unificado. Y en esas eventuales PASO cree que cuenta con las mejores chances para vencer a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Felipe Solá, Agustín Rossi, Axel Kicillof y cualquier otro que se presente. Ya es sabido que Roberto Lavagna condicionó su aceptación de una eventual candidatura a un ofrecimiento por aclamación, y sin competencia interna. Ese límite, y también el bajísimo grado de conocimiento que el economista tiene entre los menores de treinta, alientan a Daniel Scioli a suponer que no tomaría parte en una interna.

Scioli juega sus cartas a proponer una gran PASO con “todos adentro”. Sabe que cuenta con el respaldo de Unidad Ciudadana, ante la ausencia de Cristina, y que podría constituir una prenda de unión con la mayoría de los gobernadores peronistas, gracias a su reconocida capacidad de diálogo. Por eso desde hace tiempo viene cultivando su acercamiento con Alternativa Federal, en particular con Juan Manuel Urtubey, que heredó (¿provisoriamemente?) a muchos antiguos miembros de sus primeras líneas. Con Miguel Pichetto mantiene una larga y fluida relación, y el único que le ha puesto bolilla negra es el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, amigo dilecto del presidente Mauricio Macri y uno de los principales responsables de la derrota del motonauta en 2015, al volcar los votos de su provincia en su contra.

En el marco de esta estrategia de reinstalación, el 13 de enero cumplió años y lo celebró presentando un libro, “El otro camino”, en Mar del Plata. Sin embargo, poco se habló de su contenido en el encuentro, ya que Scioli aprovechó la reunión para pronunciar un furibundo discurso sobre las promesas no cumplidas por Mauricio Macri, y para remarcar la necesidad indelegable de la unidad frente a las elecciones.

Entre los asistentes se encontraban ubicados en primera fila Sergio Berni, Julián Domínguez y Marcos Di Palma, a quienes elogió y presentó como sus acompañantes en la patriada emprendida, mientras no faltaron otros sciolistas históricos, como Oscar “Cacho” Cuartango, Carlos Castagneto, Alejandro Collia y Alberto De Fazio, los concejales marplatenses de UC y la candidata de Cristina a la intendencia de La Feliz, Fernanda Raverta.

Al grito de "Se siente, se siente, Scioli presidente", los presentes se ilusionaban con tomarse revancha del 2015. Y es que, aunque Scioli no volvió a encontrarse con Cristina desde entonces, ha mantenido un trato habitual con Máximo Kirchner en el bloque de diputados nacionales del FPV.

Entre sus conceptos más salientes, Scioli destacó que: "Tenemos que tener muy claro, ya que estamos en camino a una organización para la contienda electoral, que no sea cosa que teniendo el 52 por ciento de los votos, por ir divididos perdamos”. Y destacó como ejemplos de la unidad alcanzada por Sergio Uñac con José Luis Gioja, y por la gobernadora Rosana Bertone (Tierra del Fuego), y también en las provincias de La Pampa y Neuquén, que “nos muestran el camino a seguir”. Llamativamente, y en un gesto nada inocente, elogió a su principal objetor, Juan Schiaretti, y a los gobernadores peronistas en conjunto.

Scioli cerró el evento llamando a la construcción de un “frente patriótico”, convocando a trabajar en conjunto al resto de los pre-candidatos. Desde su entorno dejaron filtrar su convencimiento de que Scioli es el candidato más temido por el gobierno: “Sino, no hubieran recurrido a reiteradas operaciones mediáticas para descalificar su vida privada”, aseguran. Desde UC se hizo un guiño potente y varios de los presentes destacaron que no iban a “entrar en el juego de Cambiemos”: “Cada vez que Daniel asoma, viene el golpe. Como no pueden cuestionarlo desde lo político, apelan a tratar de destruir su principal capital político: el vínculo humano que ha conseguido establecer con la mayoría de los argentinos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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