Denuncias cruzadas por sobresueldos y ñoquis en el hospital de El Cruce

El Cruce, reconocido por la calidad de la medicina que allí se practica, fue protagonista en los medios en junio del año pasado durante un histórico abrazo en el que participaron más de 10 mil personas, luego de que la Asociación de Profesionales del Hospital y el sindicato de Personal del Hospital denunciaran un vaciamiento del 42,9 por ciento del presupuesto.

En efecto, en aquel entonces el presupuesto del nosocomio ascendía a 2.574 millones de pesos, de los cuales 1.801 correspondían a nación y 773 a provincia de Buenos Aires. No obstante ello, las autoridades sólo habían previsto abonar 1.469 millones. Luego del evento solidario, el ministro de Salud Andrés Scarsi garantizó el dinero faltante y aseguró la continuidad de los trabajadores contratados. Además, su colega en nación, el doctor Adolfo Rubinstein, anunció el despido de las autoridades del Consejo de Administración y de la dirección ejecutiva del hospital, que habían intentado desmentir el recorte. Fue entonces cuando asumió el actual director médico, Osvaldo Fariña.

La mayoría de los pacientes de El Cruce vienen derivados de clínicas privadas. La naturaleza del nosocomio, en un principio, era la de ser un hospital de derivación. Incluso los dirigentes políticos cercanos al por entonces gobernador afirmaron que los vecinos de Florencio Varela, Quilmes y Berazategui gozarían de algún tipo de prioridad. No obstante ello, hoy el hospital está destinado, en su mayoría, a pacientes de alto nivel adquisitivo, y muchos entran por algún contacto.

Según denunciaron numerosos trabajadores del nosocomio, resulta llamativo que directivos y jefes estén cobrando sueldos que oscilan entre los 150 mil y los 200 mil pesos, muy por encima del salario promedio de un hospital público. Más preocupante aún, existen casos de personal, médicos y jefes de servicio, con cargos de 36 horas semanales o más que apenas cumplen con el 50 por ciento de las mismas, aunque cobran la totalidad del sueldo. Al mismo tiempo, se encuentran trabajando y cobrando honorarios en el sistema privado, superponiendo horarios.

En este escenario, no son pocos los que exigieron un relevamiento completo de la planta laboral del hospital, con el objetivo de ubicar a cada trabajador en su área, controlar que cumpla con las horas y el objetivo que estipula su contrato y, quien así no lo haga, despedirlo inmediatamente. Incluso se analizó la posibilidad de iniciar sumarios administrativos para aquellos que estén cobrando más horas de las que en realidad cumplen.

Hasta el momento, tanto el ministro de Salud bonaerense, Scarsi, como su par en nación se han mantenido en un rígido mutis. El hospital de El Cruce se ha transformado, especialmente en los últimos años, un símbolo de medicina de alta complejidad de vanguardia y pareciera que nadie quiere un escándalo que sacuda las ramas del árbol político en un año electoral. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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