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23 de enero de 2019 | Legislativas

Un trabajo envidiable

Con todo pago: Sólo en 2018, el senador Federico Pinedo viajó siete veces al exterior

Desde congresos a "reuniones conexas", el dirigente del PRO utilizó todo tipo de artilugios para viajar por el mundo, con el supuesto objetivo de representar a una sociedad en crisis económica.

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Acorde a las leyes que rigen el Congreso Nacional, los congresales tienen la posibilidad de realizar viajes, con todas las expensas cubiertas por el Estado, siempre y cuando éstos se relacionen directamente con su trabajo. En estos casos, podrán contar la cobertura de sus viáticos en la moneda que corresponda, habitualmente en dólares o euros.

Durante el 2017 y el 2018 estos procedimientos causaron revuelo dado que, en un examen algo más detenido, se determinó que la mayoría de estos viajes tienen destinos de lujo y como objetivo reuniones sin un interés palpable para el país. Congresos sin importancia, ferias internacionales sin relevancia alguna para la Argentina y reuniones que son poco más que una excusa para cruzar la frontera. De este modo, algunos diputados y senadores se animaron a pedir por escrito, con el fin de expiarse las culpas, que el Congreso Nacional ya no cubra sus gastos.

Nunca lento ni perezoso, Federico Pinedo se excusó de escribir esta nota y continuó disfrutando de los beneficios del turismo de arriba sin siquiera pensarlo dos veces.

De este modo, mientras el país pareciera naufragar en una crisis sin final, Pinedo, quien se supone que representa desde su banca a estos ciudadanos en pena, se fue en enero a Suiza a un comité de derechos humanos, en marzo nuevamente a Suiza a tener “reuniones conexas”, ese mismo mes se fue a Estados Unidos a un foro económico sobre América Latina, en mayo a Costa Rica a la asunción del presidente electo, en junio a Estados Unidos a un comité de Descolonización, en septiembre a Francia a una conferencia, y en octubre nuevamente a Suiza, para más “reuniones conexas”.

En total, fueron 29 días de viaje, para un senador que además, en la temporada de verano, no trabaja porque el Congreso está cerrado. De forma insólita, un país cuya economía se encuentra al borde del abismo les paga 4 meses de vacaciones y 7 viajes al exterior por año a sus senadores. En el orden de nuestras prioridades, tal vez, se halla escondido el origen de la crisis. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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