Vidal hace temblar a Cambiemos: Buscan sacarla de la carrera presidencial

La insistencia en su postura de adelantar las elecciones la ponía en confrontación directa con la mesa chica de Cambiemos, que sostenía que precisaba de sus votos para sumarlos a la alicaída figura del presidente Mauricio Macri en elecciones unificadas y con lista larga.

Vidal, en tanto, se esforzó en tratar de demostrarles que una victoria previa sobre el cristinismo implicaría el fin de Unidad Ciudadana, y con ello, la apertura de un camino de rosas para la reelección presidencial. Sin embargo, la desconfianza en la conducción nacional de Cambiemos era superlativa: con Macri en declinación sin red, ¿cómo podría impedirse que una Vidal vencedora no se convirtiera en la candidata de la alianza gobernante a la presidencia?

Por más que la gobernadora se desgañitó afirmando que no tenía ambiciones presidenciales inmediatas, pocos en Cambiemos le creyeron. Y aunque, en confianza, muchos aceptaban que una probable victoria en elecciones anticipadas la convertiría en competidora obligada de Macri, más allá de sus buenas intenciones. Por eso sugirieron un compromiso público de prescindencia de su parte, llegado el caso.

Sin embargo, dentro del gobierno nacional escasean las convicciones y sobran las desconfianzas. “Un compromiso es algo que se puede romper llegado el caso”, afirmaban. Se intentó con la presión, con la amenaza, con la convocatoria del presidente Macri al sur de los gobernadores de Cambiemos para disuadirlos de disociar sus fechas, para así dar una clara señal a Vidal. Nada alcanzó. 

Vidal demostró que es, probablemente, la aparición política más importante en la escena argentina de los últimos años.

“Si no puedes vencerlos, únete a ellos”, afirmó el emperador Romano Constantino cuando advirtió la tutilidad de continuar con la persecución de los cristianos. En Cambiemos adoptaron su pensamiento, pero, para no aparecer rendidos de rodillas ante la gobernadora, trataron de aparentar que le imponían su autoridad por medio de una comunicación firmada por Humberto Schiavoni, presidente del Pro nacional, y de los titulares de UCR, Alfredo Cornejo, y de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro: “A los efectos de otorgar mayor transparencia a los procesos, las autoridades de los partidos fundadores de Cambiemos decidieron establecer que quienes sean candidatos a gobernador no podrán optar por competir en las elecciones nacionales”

El comunicado resulta un tanto inconsistente, ya que si bien habla en general, está destinado puntualmente a una persona, a la que, para peor, quieren impedirle hacer lo que declaró que no le interesaba. Pero, yendo más allá de la superficie, queda explicitada la gran victoria interna de María Eugenia Vidal, a quien el gobierno y la alianza gobernante no consiguieron doblegar. 

En síntesis, Vidal será libre de hacer lo que quiera. Llegado el caso de una rutilante victoria en la provincia de Buenos Aires, nadie se opondría a que el comunicado proscriptivo sea reemplazado por su opuesto. 

Esto demuestra al menos dos cosas: que la solución salió de una cabeza radical, siempre más cuidadosos de las formas que del fondo. Y, sobre todo, que la gobernadora se ha convertido en la figura más potente de Cambiemos, a punto tal que la voluntad del presidente ha tenido que recular ante su demanda. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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