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26 de enero de 2019 | Campo

Diferencias en la industria frigorífica

La Mesa de Carnes, ¿con fecha de vencimiento?

En el marco de las acciones impulsadas por el macrismo en materia de política agropecuaria, la Mesa de Carnes es uno de los pocos aciertos a la hora de medir resultados. En poco más de un año este espacio comenzó el arduo proceso de transparentar la cadena de ganados y carnes, históricamente caracterizada por su informalidad.

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Los primeros pasos fueron anunciados a toda prisa, con un proceso que empezó en las plantas frigoríficas. Con cerca de quineintos establecimientos repartidos por toda la geografía argentina, el entonces ministerio de Agroindustria supervisó la instalación de los Controladores Electrónicos de Faena, también conocidos como “cajas negras”.

Estos dispositivos controlan todo el proceso en el  interior de estas plantas y se miden –entre otras variables- el peso de faena, para velar que no sea menor a 300 kilos, de acuerdo a las disposiciones legales vigentes.

En este espacio sectorial, que ya mantuvo ocho encuentros con el presidente Mauricio Macri, se sientan políticos, industriales, productores y entidades. Pero más allá de este logro, el gran cuello de botella de la transparencia comercial son las carnicerías. Solo en la provincia de Buenos Aires, se estiman que existen unas 60 mil, de las cuales un elevado porcentaje no se encuentran registradas.

En mayo del año pasado, la AFIP implementó mediante la resolución general 4256 el uso obligatorio del “Remito Electrónico Cárnico” (REC). La normativa establece a este remito , “como único documento válido para el traslado automotor dentro del territorio de la República Argentina de carnes y subproductos derivados de la faena de hacienda de las especies bovinas / bubalinas y porcinas”.

Los representantes de los matarifes, que se encuentran nucleados en la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) expresaron su rechazo a esta medida, al entender que el estado, de manera compulsiva, pretendía que ellos ejerzan un poder de policía frente a sus principales clientes: las carnicerías.

Para este eslabón, los puntos de ventas constituyen el desafío más grande a la hora de instalar la transparencia comercial y en este punto sostienen que el estado debe encargarse de la fiscalización. Están a favor del REC, pero siempre y cuando el estado cumpla con la función de “poner en cintura” a las carnicerías que trabajan en negro.

Para salir del paso, el gobierno optó por una solución previsible. Si bien esta normativa debía entrar en vigencia el pasado 1 de noviembre, se prorrogó por seis meses su implementación, mientras esperan que las carnicerías se inscriban en el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA), de la secretaría de Agroindustria. Hasta el momento, los puntos de venta inscriptos no llegan a 10 mil.

Este fue solo el primero de una larga lista de problemas técnicos, debido a la tarea titánica que supone “blanquear” carnicerías que no quieren saber nada con emitir una factura. En este contexto, tanto AFIP como ARBA no ofrecen soluciones y con su acostumbrada voracidad fiscal presionan a quienes entienden deben legalizar a los carniceros: los matarifes.

A esta situación de índole tributaria se suma un factor político. En este espacio, es cada vez más evidente las diferencias entre los frigoríficos exportadores, nucleados en el Consorcio Exportador ABC y el resto de las plantas dedicadas al mercado interno.

A esta situación se suma la incertidumbre por conocer la fecha de reunión de este espacio sectorial con el presidente Macri. Al momento de redactar estas líneas y tras dos suspensiones, la fecha es “a definir”. En este contexto, los rumores sobre una ruptura de este espacio son cada vez más fuertes y distintos actores de la industria frigorífica salieron con los tapones de punta a dejar bien clara su postura.

El vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Daniel Urcía, fue categórico al respecto. “Dentro de la mesa existen mezquindades. Si no somos lo suficientemente conscientes de darnos cuenta que de esto salimos entre todos, romperemos la mesa y seguiremos cada uno por su lado”.

En declaraciones periodísticas, el directivo adelantó que “hay muchos temas pendientes y tenemos que deponer intereses particulares de los distintos sectores que componemos la mesa”, advirtió.

Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), destacó que “hubo algunas discusiones entre entidades y coordinadores porque no hubo una preparación importante”, en relación al encuentro.

El directivo explicó que es casi seguro que tras la reunión no se resuelvan temas de larga data, como el de los cueros. “Los curtidores mostraron que tienen potencia y volvieron a bajar el precio del cuero y amenazan con no retirar los cueros”, advirtió y agregó que “no creo que sea una reunión satisfactoria”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Daniel Urcia, Miguel Schiariti

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